Una ceremonia con la que se despidió la orden que, tras casi cinco siglos en la ciudad, se ha visto obligada a cerrar la Casa que la Compañía de Jesús tiene en Toledo
Cientos de personas asistieron ayer por la tarde en la iglesia de San Ildefonso, conocida como la de los Jesuitas de Toledo, a la eucaristía presidida por el arzobispo de Toledo y primado de España, Braulio Rodríguez, para celebrar el Sagrado Corazón de Jesús y, posteriormente, la tradicional procesión. Una ceremonia con la que se despidió la orden que, tras casi cinco siglos en la ciudad, se ha visto obligada a cerrar la Casa que la Compañía de Jesús tiene en Toledo, en la confluencia entre la calle Alfonso XII y el callejón de Jesús y María, ante la falta de vocaciones. Lo cuenta Abc.
A pesar de que sólo quedaban tres sacerdotes, la comunidad es muy querida en la ciudad y prueba de ello es la despedida tan multitudinaria que se celebró en la iglesia de San Ildefonso. En los últimos días, además, se han recogido firmas para pedir que no se marche de Toledo la orden.
En su homilía, el arzobispo habló con gran cariño de los tres útlimos padres, Máximo, Rodrigo y Mendizábal. «Y no tengo palabras para expresar mi reconocimiento hacia ellos. Nos han enseñado lo que valen los servicios callados a tantos fieles, a tantos sacerdotes y religiosas, a tantos matrimonios, a tantos seminaristas, a tantos monasterios», dijo Braulio Rodríguez, quien señaló que «queremos ser dignos de los Padres Jesuitas que aquí nos han enseñado tanto, de modo tan eficaz. Dios les pague todos sus desvelos Aquí estamos: les recibiremos siempre que vengan; esperaremos siempre que la Compañía vuelva».
