Seguridad Social: «No es la mejor época para ganar dinero con la música»

Camino de los treinta años de trayectoria, Seguridad Social se mantienen como referentes del pop rock nacional gracias a sus ganas de seguir «investigando y aprendiendo» y con nuevo disco en la calle desde esta semana, ‘El Mundo al Día en 80 Vueltas’. Su líder, José Manuel Casañ, afirma que todavía siguen «haciendo canciones muy válidas» y tienen «cosas que decir», aunque reconocen que han cambiado mucho las cosas desde que empezaron en 1982: «El que se mete a esto para ser famoso o ganar dinero, no está en la mejor época».

«Pero pasa igual ahora que antes. Yo estuve con la banda y seis años trabajando en la panadería con mi padre. Nunca me planteé esto como un modelo de vida por dinero, sino porque lo amaba profundamente, y ese es el planteamiento que tienen que tener los músicos nuevos. Querer hacer algo, y si tienen la suerte de convertirse en profesional, será fantástico, y si no, nadie te quitará la bailao y lo cantao», argumenta Casañ en entrevista con Europa Press.

Sobre su nuevo disco, reconoce la existencia de «muchas influencias», entre ellas el tex-mex nada menos, aunque «sobre todo americanas porque el rocanrol es de allí». Eso sí, no duda al afirmar que este álbum «es más maduro, con más medios tiempos» que le permiten «cantar de otra manera y buscar nuevos registros», siempre sin dejar de lado el reconocible sonido de Seguridad Social, «que se nota ya de primeras».

Un disco en cierto modo optimista para tiempos de crisis, que aglutina todo una «trama de tiovivos emocionales» y que acaba «con un final feliz». Un disco que pretende que no se pierda el «impresionante valor de la música como terapia, tanto para momentos de crisis como de alegría». Casañ pretende lograr esto reivindicando «el fuego lento de escuchar un disco entero y no que todo pase tan rápidamente, no tanta ‘fast music’ demasiado basura».

No quiere el músico, en cualquier caso, afirmar que ahora la música española sea de peor calidad que hace treinta años, aunque sí afirma que «la creatividad y el abanico de posibilidades que había en los ochenta ahora» no se ve tanto, aunque «la gente está más preparada musicalmente».

«Nosotros cuando empezábamos teníamos muchas ganas pero poco más. Ahora hay grupos extraordinarios también. Pero una diferencia es que si un grupo no triunfa instantáneamente, desaparece, y eso no pasaba antes y nos habría dejado sin Sabina, sin Manolo García, sin Bunbury y sin casi ninguno de los que sobrevivimos estaríamos aquí», subraya.

«BAJADAS DE CACHE IMPRESIONANTES»

De cara a la temporada de conciertos, avisa de que «ha habido unas bajadas de caché impresionantes». «Hemos dependido mucho de los ayuntamientos, y si ahora no tienen dinero, cada vez hay menos conciertos. Hasta hace bien poco eran la salvación por las bajas ventas de discos, pero no auguro a medio plazo una situación muy positiva para la música en general y para la música en vivo en particular. Pero curiosamente estamos escuchando más música que antes, y en tiempos de crisis hay que ser optimista y sacar lo mejor de uno», explica.

Con una treintena de galas confirmadas para los meses de verano, adelanta que su intención es no dejar de hacer conciertos tampoco en invierno, siempre con la intención de crear unos ambientes de los que todo el mundo «forme parte». «Nos gusta tocar canciones nuevas, pero no vamos a dejar de tocar los clásicos porque tengamos un disco nuevo», señala.

Casañ destaca también el valor de las redes sociales, sobre todo como forma de promoción para anunciar discos y conciertos e invitar a sus seguidores a que les vean. Así, asegura que él sigue «muy de cerca» todos los perfiles oficiales del grupo y le gusta esa «interacción brutal y esa cercanía con la gente», por lo que siempre procura responder los comentarios.

SGAE

Miembro de la SGAE desde hace décadas con más de 200 canciones registradas, indica que no sabe qué ha pasado en la entidad, pero espera que todo se aclare». «Si alguien ha metido mano ahí tiene que pagarlo. Es una sociedad que estaba muy vilipendiada y que estaba sufriendo un acoso y derribo desde algunos sectores. La SGAE es de todos los autores, no de cuatro, y en todos los cestos hay manzanas podridas. Si hay una manzana podrida, hay que quitarla», subraya.

Finalmente, recuerda que la SGAE tiene cosas «extraordinarias» como «un montepío que ayuda a los autores desfavorecidos y a sus familias», por lo que le «duele muchísimo» lo que está pasando en su seno. Además, reconoce que «es paradójico» todo lo sucedido, y concluye: «Con la que está cayendo sólo nos falta tirarnos piedras a nuestro propio tejado».

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