Trabajar interiormente la tierra del propio corazón

¡Buena cosecha!

"Un corazón endurecido como el pedregal, no es tierra buena para la Palabra"

¿Cómo ha sido tu cosecha, del treinta, del setenta, del ciento por uno?

(Ángel Moreno, de Buenafuente).- «Como bajan la lluvia y la nieve desde el cielo, y no vuelven allá, sino después de empapar la tierra, de fecundarla y hacerla germinar, para que dé semilla al sembrador y pan al que come, así será mi palabra que sale de mi boca«.

La Palabra de Dios de este Domingo se concentra en imágenes propias del tiempo de verano en el mundo rural, cuando los segadores, ataviados con zagones, zoquetas y hoces, marchaban de sol a sol a segar la mies sazonada, para después, en carros o a lomo de caballerías, acarrear los haces hasta la era, colmando de olor a trigo maduro los caminos. Es un privilegio haber pertenecido a la cultura agrícola que fue referencia permanente para los escritores sagrados.

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Autor

Jesús Bastante

Escritor, periodista y maratoniano. Es subdirector de Religión Digital.

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