«Creo que sobra mucha oferta de títulos universitarios, no hay alumnos suficientes»

El rector de la Universidad Pontificia de Salamanca (UPSA), Marceliano Arranz Rodrigo, clausuró días atrás los cursos del Instituto de Posgrado que esta institución imparte en Oviedo: Auditoría de Cuentas y Contabilidad Superior, y Experto en Asesoría Fiscal. Arranz, catedrático de Filosofía de la Naturaleza, es rector de la UPSA desde el año 2000 y éste es su último curso en el cargo. Asegura que «Sobra mucha oferta de títulos universitarios, no hay alumnos suficientes» y reivindica la educación en valores éticos que ofrece su universidad como seña distintiva y apreciada, hoy, incluso, por las empresas. lo entrevista Javier Morán en la Nueva España.

-El Principado advirtió hace tiempo de que los únicos títulos superiores que se imparten en Asturias son los de la Universidad de Oviedo. ¿Dónde se encuadra entonces la UPSA?

-Soy el primero que está en contra de ciertas titulaciones privadas que no ofrecen la suficiente garantía en cuanto a precio, calidad y validez. Pero los títulos de la UPSA en Asturias son muy pocos, muy seleccionados y además muy apreciados. La Universidad Pontificia de Salamanca tiene reconocidos más de 40 titulaciones oficiales, homologadas por el Estado, de grado, posgrado, másteres o doctorados. Es decir, es una Universidad con validez pública, aunque con financiación privada a todos los efectos. Pero, como todas la universidades, puede dar títulos propios. La Universidad de Oviedo también los da.

-¿Cuáles son las garantías de la UPSA?

-Que sus títulos se dan en nombre de la Universidad y también en nombre del Sumo Pontífice, del Papa. Por eso es una Universidad Pontificia. Nuestros títulos propios tienen un ámbito de validez incluso mayor que el de los títulos oficiales del Estado español, que son reconocidos en la UE y en los países con los cuales tenemos convenio cultural. Pero los títulos pontificios son reconocidos en todo el mundo.

-¿Y las garantías inmediatas?

-El máster en Auditoría de Cuentas y Contabilidad Superior no solamente viene avalado por el prestigio de una Universidad centenaria como la nuestra, sino que es reconocido por el Instituto de Censores Jurados de Cuentas de España, la mayor autoridad en este ámbito y que convalida una buena parte de los exámenes teóricos. El segundo título, Experto en Asesoría Fiscal, está reconocido por la Asociación Española de Asesores Fiscales. Además, somos una Universidad sin ánimo de lucro, no es algo que hagamos para ganar dinero y hacer negocio, sino algo que está beneficiando al Principado de Asturias.

-¿Cuál es el panorama de la Universidad privada en España?

-Hay veintitantas universidades privadas, de muy distinta índole. Algunas tienen claramente ánimo de lucro y son empresas para ganar dinero. Otras tienen la condición de católicas y dentro de las católicas la mayor parte depende de un obispo o de una diócesis. Pero hay cuatro que son pontificias y dependen directamente de la Santa Sede, del Papa: Comillas, Deusto, Navarra y la nuestra. Dependen de Roma e incluso el rector de estas universidades es nombrado directamente por la Congregación para la Educación Católica del Vaticano.

-¿Sobran universidades?

-De lo que estoy convencido es que sobra mucha oferta de títulos; no hay suficientes alumnos para cubrir convenientemente el número de titulados para que cada titulación resulte rentable. En la UPSA no podemos permitirnos que tengan déficit porque nadie nos da dinero público. Una de dos: o funcionan o se suprimen, a no ser en los casos de Teología o Derecho Canónico, en las que dado el número escaso de personas que quieren hacerse sacerdotes tienen menos alumnos. Pero con el criterio que he dicho veríamos que en este país sobra una buena parte de las oferta de titulaciones. El remedio sería que las universidades se especializasen en algunas titulaciones dentro de una región y que no todas diesen todas las titulaciones, pero muchas veces son motivos políticos los que impulsan a poner éste u otro título.

-El Vaticano acaba reconocer como Universidad a San Dámaso, en Madrid, impulsada hace años por el cardenal Rouco.

-Es una Universidad eclesiástica, que da títulos con valor exclusivamente eclesiástico en Teología, Derecho Canónico o Filología Bíblica Trilingüe.

-¿Pretende San Dámaso garantizar la ortodoxia teológica frente a Comillas o la Pontificia de Salamanca?

-No tengo conocimiento suficiente para pronunciarme sobre ello.

-¿Cómo afecta la crisis a la UPSA?

-Hasta ahora no hemos tenido problema de alumnos, e incluso el año pasado aumentamos en unos 200. Nuestra Universidad está capeando la crisis muy bien, con unos 10.200 alumnos oficiales, la mayor parte de los cuales está en Salamanca y otra parte en el campus de Madrid, donde tenemos Arquitectura, Ingeniería Industrial, Informática, etcétera.

-Respecto a Asturias, ¿hay planes de ampliación de títulos?

-Estamos pensando en la posibilidad de crear un tercer máster que sería en Comunicación Audiovisual. Estamos llevando a cabo las consultas pertinentes para que nuestros alumnos puedan llevar a cabo prácticas de calidad para la obtención de este máster. Está claro que todos nuestros alumnos están haciéndolas ahora mismo en los mejores bufetes de contabilidad y de asesoría fiscal, y que la mayor parte de ellos se incorpora a algunas de las empresa en las cuales han estado haciendo las prácticas.

-Las clases de la UPSA se imparten en el Seminario de Oviedo. ¿Condiciona?

-Nuestra colaboración con Asturias se inició en 1989, hace ya 22 años, y como fue funcionando cada vez mejor llegó un momento en 2005 en el que consideramos útil erigir un instituto de posgrados en colaboración con el Arzobispado de Oviedo. Quiero decir que no es el Arzobispado el que da valor a los títulos, pero pone a nuestra disposición locales en el Seminario de Prao Picón.

-El ser titulaciones de la Iglesia, ¿significa algo?

-La presencia de la Universidad Pontificia de Salamanca en Asturias tiene de peculiar, como digo, que da títulos con validez en todo el mundo y que están dentro de una tradición y de una declaración de identidad que cada vez es más apreciada en los ámbitos de la economía. Es la deontología profesional que precisa la empresa, la banca o los asesores fiscales. Esa deontología es la que ofrecemos y tratamos de inculcarla. Esto es lo que está exigiendo la sociedad y pertenece a la tradición de la Iglesia católica.