El grito de la rebelión ha resonado en la diócesis, pero no han sido secundados. Hasta ahora, el grupo de agitadores ha tenido que retornar a sus casas jurando que retornaría para intentarlo de nuevo
(José Antonio Fortea).- Hoy quiero hacer algo sorprendente, algo que a muchos les dejará descolocados: quiero felicitar a los sacerdotes de San Sebastián. Quiero felicitarles sinceramente, sin ninguna reserva. ¿Por qué? Pues porque a pesar de toda la poderosa campaña de desprestigio contra de su obispo, los clérigos donostiarras se han mantenido en sus puestos, la obediencia ha sido mantenida de forma global, los lazos de comunión han resistido la tempestad del infierno, las vigas de la Casa de Dios siguen en su sitio a pesar de que los torbellinos del caos, de la rebelión y del error han rugido con una fuerza inaudita.
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