El JMJ espera que la Delegación de Gobierno mantenga el orden público

El director ejecutivo de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) de Madrid, Yago de la Cierva, ha afirmado que la Organización de la JMJ confía en las administraciones públicas y concretamente en la Delegación de Gobierno en todo lo que se refiere a garantizar el orden público, ante la manifestación convocada para el próximo miércoles 17 de agosto.

En este sentido, ha explicado que si se ha convocado una manifestación fuera del ámbito donde se celebra la JMJ, la Organización de la Jornada «no tiene nada que decir» y ha subrayado que todo lo relacionado con el orden público «no depende de la JMJ sino de las autoridades y en concreto de la Delegación del Gobierno». «Confiamos en ellos», ha remarcado.

En cualquier caso, de la Cierva ha indicado que los jóvenes que participan en la JMJ –más de 450.000 ya inscritos– son «sumamente pacíficos y tolerantes» y que en los 25 años que lleva celebrándose este evento, «jamás han causado ningún problema, ni de orden público ni de orden privado». De hecho, ha indicado que, según datos de JMJ anteriores, la tasa de criminalidad desciende durante la JMJ en la ciudad donde se celebra. «Lo que está clarísimo es que nosotros no somos el problema», ha añadido.

Por su parte, el director financiero de la JMJ, Fernando Giménez Barriocanal, ha destacado que están «encantados» con las muestras de adhesión y apoyo de la sociedad española y madrileña, aunque ha señalado que España es «un país libre» en el que la gente puede opinar a favor o en contra. Además, ha indicado que «claro que se presentan dificultades» pero que las afrontan «con humor y optimismo y siempre respetando las opiniones de los demás».

Barriocanal ha apuntado que, a día 10 de agosto, el coste de la JMJ se calcula en unos 50,5 millones de euros de los que 31,5 millones los pagan los peregrinos, 16,5 millones se financian con los patrocinios y casi 2,5 millones, con los donativos particulares, las aportaciones por sms y la venta de productos y otros.

En todo caso, ha aclarado algunos puntos como que el despliegue policial y sanitario que se hará durante la Jornada es el mismo que se hace en otros eventos como la Liga de Fútbol. «Tiene que haber un dispositivo policial, sanitario, pero ¿se evalúa cuánto cuesta?. No lo sé, pero nadie se lo pregunta, todo el mundo sabe que el Estado tiene la obligación de garantizarlos», ha explicado.

De hecho, ha insistido en que, no sólo las administraciones públicas no financian la JMJ, sino que «el resultado neto para ellas va a ser sin duda beneficioso y, modestamente, la JMJ hará una aportación a la reducción del déficit». Esto, aparte de los 100 millones de euros que aportará a la economía española y cuya cifra exacta se podrá conocer el mes que viene gracias a la auditoría que realizará la empresa PriceWaterhouseCoopers.

Sobre el uso de las instalaciones públicas, ha concretado que «son de todos y están al servicio del interés general». Asimismo, ha precisado que las infraestructuras tienen un coste fijo en el que se incurre se utilice o no la instalación y un coste variable, en el que se incurre por usarla y de la que se hace cargo la JMJ.

En todo caso, de la Cierva ha aprovechado para agradecer la contribución que han hecho «con entusiasmo» las tres administraciones públicas –Gobierno central, Ayuntamiento y Comunidad de Madrid–. Precisamente, ha indicado que mantienen unos canales de comunicación «muy frecuentes y fluidos» con la administración central y que están en contacto todos los días con el Ministerio del Interior. De hecho, ha apuntado que «mucha gente de las administraciones» les han pedido entradas para los actos centrales de la Jornada.

Igualmente, ha mostrado su agradecimiento a las familias de acogida, los voluntarios, los peregrinos, los benefactores, la gente agnóstica que se ha involucrado, los medios, los abuelos y a Benedicto XVI «que viene en el momento menos fresco y que, aun sabiéndolo», eligió España. Por otra parte, ha pedido disculpas a los trabajadores que han tenido que cambiar sus vacaciones o se han quedado sin ellas, «a los empleados del metro, de los autobuses, de los restaurantes».

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