El pueblo recoge firmas para pedir el relevo del párroco, quien explicaba que sólo quería proteger la imagen
En Rocallaura, un pequeño municipio de la comarca del Urgell (Lérida), se les ha aparecido la virgen. Tras dos meses sin ver la talla, muy venerada en la zona del valle del Corb, los vecinos pudieron respirar este 18 de agosto de 2011 tranquilos.
El cura, la única persona que conocía el paradero de la virgen del Tallat, una talla del siglo XIV de mármol de 25 centímetros de altura, llegó en taxi a la población acompañado por la preciada imagen que mantenía oculta «por seguridad.
Todo indica que el párroco -que oficia misa desde hace 13 años en Rocallaura y que se puso las pilas al ver lo ocurrido con el Código Calixtino en Santiago,- ha cedido finalmente a la presión popular.
Tras una reunión con Ramon Benet, alcalde de Rocallaura, Pere Lluís Ramon ha dado su brazo a torcer.
Ha sido él mismo quien ha depositado la virgen, muy venerada en la zona de la Vall del Corb, en la iglesia de Sant Llorenç.
Casi de inmeditao, el templo se ha llenado de fieles que han recibido con aplausos y cánticos a la imagen.
La decisión del párroco ha generado contento y alivio entre los vecinos, aunque muchos de ellos, dolidos y decepcionados con la inexplicable actitud del sacerdote, que durante dos meses se ha negado a revelar el paradero de la virgen, le han despedido a la salida de la iglesia con gritos de «fuera, fuera», exigiendo que sea reemplazado.
Pese a que el conflicto parece haberse solucionado, el pueblo de Rocallaura está dispuesto a proseguir con la campaña de recogida de firmas para pedir el relevo del párroco.
El alcalde, por su parte, aún no sabe si desde el ayuntamiento se tirará adelante la iniciativa para declarar persona «non grata» en el municipio a mosén Pere Lluís Ramon.
Dos meses con una copia
Los habitantes de Rocallaura, un municipio de poco más de 80 habitantes perteneciente a Vallbona de les Monges, no veían la pequeña escultura de la virgen, de apenas 25 centímetros de altura, desde el pasado mes de junio, al finalizar el período de peregrinaciones de la primavera.
El día 15 de agosto, festividad de María, los fieles, como cada año, acudieron a la iglesia a venerar a la imagen, que es de mármol y data del siglo XIV, y se encontraron con que en su lugar se exhibía una copia de la talla original que puede verse el resto del año.
Indignados, los vecinos aguardaron a la salida de misa al párroco para exigirle que desvelara el paradero de la virgen, que durante los últimos 32 años ha estado custodiada por una familia del pueblo.
El sacerdote se negó una vez más a revelar dónde permanecía la talla y por qué no la había trasladado ese día a la iglesia, lo que enojó aún más a los vecinos, que requirieron incluso de la presencia de los Mossos d’Esquadra.
Sin embargo, el párroco, que durante todo este tiempo se ha negado a hablar con los vecinos y los medios de comunicación, ha decidido finalmente dar marcha atrás y ha devuelto al pueblo la pequeña virgen del Tallat.
El alcalde, Ramon Benet, ha asegurado que a partir de ahora la virgen permanecerá «en depósito en un lugar seguro» que «en todo momento se sabrá cuál es».
De esta manera, el próximo domingo, día 21, los fieles podrán celebrar con total normalidad el Aplec del Tallat, cita que reúne cada año a decenas de vecinos de Rocallaura y de los pueblos próximos, que desde hace décadas acuden a esta pequeña pedanía a venerar a la virgen.