Carmen Bernabé: “Un libro de denuncia, solidaridad y poesía, escrito con paz, con serenidad y con valentía”.
(José Manuel Vidal).- Tiene duende, engancha, trasmite, enseña y emociona. La hermana benedictina del monasterio de Montserrat, Teresa Forcades, es una monja muy especial, una figura ya de relieve internacional y una brillante teóloga, que se declara feminista. Acaba de escribir un libro sobre ‘La Teología feminista en la Historia’ (Fragmenta) y se vino a presentarlo al centro cultural Blanquerna de Madrid. Ante un aforo numerosos y entregado, la hermana reivindicó la síontesis entre el feminismo de la igualdad y el de la diferencia, al tiempo que
Presentada por Ignasi Moretta, editor de Fragmenta, Sor Teresa estuvo acompañada en la mesa presidencial por otras dos teólogas: Carmen Bernabé, presidente de la Asociación de Teólogas españolas, y Silvia Martínez Cano de Mujeres y Teología. El editor señalaba que «el libro es una fuente de sorpresas y de placer humano y espiritual».
Carmen Bernabé, que glosó el perfil biográfico de la autora, recordó que, además de ser monja, médica y teóloga, «siempre tuvo el valor de decir lo que pensaba». Incluso en momentos complicados, como aquellos en los que, contra la opinión mayoritaria, denunció públicamente el fraude de la famosa gripe A. Y esa actitud sigue presente en su libro. «Un libro de denuncia, solidaridad y poesía, escrito con paz, con serenidad y con valentía».
Silvia Martínez Cano, por su parte, centró su intervención en explicar en qué consiste la teología feminista. Una teología «combativa», que utiliza la hermenéutica de la sospecha y que convierte a la mujer en sujeto protagonista de la Historia.
En la sala abarrotada se esperaba con expectación la intervención de la ya famosa monja catalana. Entre el público había incluso un grupo de mujeres de Venezuela, que estaban de visita en Madrid y, al enterarse, acudieron a verla. Y Teresa Forcades no decepcionó. A sus 44 años, alta, delgada y guapa, tiene una mirada penetrante y una sonrisa sempiterna. Habla con fluidez, sin papeles delante y con muchos gestos. La expresividad y la gestualidad son dos de sus principales características. No es de extrañar, pues, que seduzca a los oyentes. Sabe lo que dice y lo dice bien.
Un libro de «lágrimas y gozos»
Tras dar las gracias a la editorial, a sus compañeras teólogas y a los presentes, comenzó asegurando que el libro que presentaba le había costa «lágrimas y gozo«. Lágrimas, porque al escribirlo tuvo que reflexionar sobre «numerosas situaciones de injusticia que hacen sufrir a las mujeres todavía hoy». Y desde siempre, como ya denunciaba en el siglo IV San Gregorio Nacianceno. Pero también gozo, porque el feminismo está atravesando un período de renacer y de lucha contra la injusticia de la discriminación de la mujer.
Forcades dividió la historia de esta lucha de las mujeres en cuatro etapas: premoderna, inicio de la moderna, auge de la modernidad y crisis de la misma. En la primera etapa se sostenía que las mujeres eran menos espirituales que los hombres y hasta no podían acercarse al altar, por si estaban mestruando. En la segunda, se difunde la idea de que la mujer en menos racional y más espiritual que el hombre. En la tercera, se considera que la mujer es menos libre que el hombre.
Se llega así al momento actual, en el que, según la autora, conviven dos teorías: el feminismo de la igualdad y el feminismo de la diferencia. Su propuesta es una especie de síntesis de ambos feminismos desde la antropología teológica. Y por eso, aboga por «el espacio de la cristificación», que no implica que las mujeres tengan que masculinizarse. A su juicio, «tenemos que pensarnos como adultos con un referente como Dios, que está más allá del género».
El amor de «pericoresis»
Eso sí, en la dinámica trinitaria de Dios, que «no es complementariedad, sino gratuidad». Un «amor de reciprocidad o de pericoresis». Un amor que facilita espacio para que cada cual encuentre su propio espacio de realización personal. Porque «el Evangelio nos propone como referencia a un Dios que está más allá del sexo y del género«.
Y tras la conferencia, el debate, donde la benedictina se siente todavía más cómoda, para derribar tópicos Como el de que la mayoría de las mujeres crean que aman más a sus compañeros que ellos a ellas. Asegura, en este sentido, que según estudios de Castells y otros autores, los varones tienen miedo a la dependencia y las mujeres, a la soledad. Y concluye que una relación amorosa femenina basada en ese miedo a quedarse sola no es amor.
Le pregunta a la hermana Teresa si le duelen las numerosas críticas que recibe, especialmente de varones. La monja reconoce que, por culpa de esas críticas, «tuve una amonestación del Vaticano, a la que respondí» y constata que «hay grupos de varones que se dedican al deporte de tirar piedras contra los demás desde el universo de los blogs y de algunas webs».
Y termina el coloquio con una propuesta provocativa: «Dios nos propone a hombres y mujeres que nos quedemos embarazados de Él«. Un embarazo que no sólo hay que transmitirlo a los demás, sino también gestarlo. Conscientes de que el misterio de Dios es insondable y, en el encuentro con Él, siempre nos vamos a topar «con un vacío, pero un vacío de liberación y de apertura». Y Forcades sonrió al público, que estalló en una gran ovación.