Hay unas 250.000 personas que han vuelto de Libia y eso supone que muchas familias se hayan quedado sin ingresos
(Manos Unidas).-La severa sequía que afecta Níger desde hace meses ha dado al traste con las cosechas y ha incrementado los graves problemas de abastecimiento de alimentos que ya padecía el país desde hace años.
Manos Unidas se ha puesto al habla con el misionero Rafael Marco, que trabaja en la ciudad de Tera, a unos 157 kilómetros de la frontera con Burkina Faso, quien nos ha confirmado la gravedad de la situación: «Esta cosecha fallida es continuación de la emergencia de 2009-2010. La situación es muy grave«.
El misionero español, que afirma que los nigerinos todavía no se han podido recuperar de la anterior hambruna cuando se han visto envueltos en otra, no duda en calificar la situación de catastrófica. «Aquí, en Tera, a unos 150 km a la redonda no se ve nada, no se va a recoger prácticamente nada. Las cosechas están dando entre un 60 y un 90 por ciento de pérdidas«.
«Fíjate, señala, que esta es la primera vez que el gobierno reconoce la hambruna y pide ayuda».
Rafael Marco pertenece a la Sociedad de Misiones Africanas, institución que llegó a Tera hace alrededor de dos años. Allí conviven y trabajan con la población más vulnerable. «Tenemos un grupo de 25 ó 30 niños a los que damos formación y alimentación. Últimamente, el número no hace más que incrementarse…». La preocupación es más que evidente.
Níger, además, se ha visto gravemente afectado por el conflicto en Libia. «Gadafi utilizaba a los nigerinos como mercenarios. De hecho en el ejército libio había muchos altos cargos que procedían de aquí«. La caída del régimen de Gadafi está afectando también a los nigerinos. «Hay unas 250.000 personas que han vuelto de Libia y eso supone que muchas familias se hayan quedado sin ingresos», explica. Durante semanas, entraban en el país camiones cargados de gente que huía del conflicto. Y con ellos, entraban las armas, en un país caracterizado por su inestabilidad.
«Es una enorme cantidad de inmigrantes, difícil de asimilar…», explica.
La guerra en Libia también ha afectado a la ganadería, uno de los sectores básicos en la economía del país. «El comercio de ganado ha bajado casi en un 30 por ciento lo que ha aumentado todavía más, las vulnerabilidad de las personas que dependía de esta actividad». «Hace poco los rebaños de vacuno de Níger iban a Libia y eso era una fuente de ingresos con la que ahora el país no puede contar».
Ya son varios los organismos internacionales que advierte sobre la situación en Níger. La comunidad internacional está todavía a tiempo de actuar para que Níger no pase a engrosar la lista de países africanos afectados por la hambruna.
Recientemente lo advertíamos en la nota que publicamos con motivo de los días de la alimentación y de la erradicación de la pobreza: se trata de prevenir el problema y no de buscar una solución cuando el daño ya está hecho.