Pérez acusa a grupos como Nosotros Somos Iglesia o Diálogo para Austria de oponerse "sistemáticamente considerando sus opiniones por encima de la verdadera profesión de fe de la Iglesia"
(Jesús Bastante).- «Hay cristianos que se oponen al Papa y a los Obispos«, constata el arzobispo de Pamplona y Tudela, Francisco Pérez, en su carta pastoral de esta semana, titulada «Los disidentes» y en la que responde a una pregunta acerca de grupos como Somos Iglesia y la situación de la Iglesia austríaca.
En su misiva, Pérez incide en que Benedicto XVI reunió recientemente a los obispos austrícos parar recordalres que «la Iglesia no funciona por pura democracia. El dogma no se decide por votos y ‘sobre la verdad, ninguna base puede decidir. La verdad no es un producto de una Iglesia de base, sino un don que viene de lo alto, de Dios'».
En su escrito, el obispo apunta que «a la verdad no se llega por los votos de una sociedad puesto que, por ejemplo, aunque la mayor parte de la sociedad decida de otro modo, la dignidad de cada ser humano permanece inviolable desde la concepción en el seno materno hasta su fin natural querido por Dios». Para los hombres «con fe y con sentido eclesial», la verdad «se sostiene en Jesucristo y en las afirmaciones del Magisterio de la Iglesia, por expreso deseo del mismo Cristo». Toda una declaración de intenciones.
«Hay cristianos que se oponen al Papa y a los Obispos. No han comprendido que una de las características de los cristianos es la obediencia filial y de disponibilidad», constata Pérez, que acusa a grupos como Nosotros Somos Iglesia o Diálogo para Austria de oponerse «sistemáticamente considerando sus opiniones por encima de la verdadera profesión de fe de la Iglesia». Una actitud con la que «se están excluyendo de la misma Iglesia y que, más que discutir, lo que tienen que hacer es meditar sobre lo que significa pertenecer a la Iglesia; que no sean motivo de escándalo al tener como único argumento el rechazo a la Iglesia tal y como Cristo la quiso».
«A nadie se le impide manifestar sus pensamientos e ideas, lo único que se exige que se sepa obedecer cuando se les indique lo que deben creer y vivir como miembros de la propia Iglesia y cuya autoridad la tiene quien ha sido puesto, por Cristo, para regir y conducir a la misma: el Papa con el Colegio episcopal», concluye el prelado.