Pero dos gallegos pragmáticos terminan entendiéndose hasta en medio de una escalera
(José Manuel Vidal).- Rouco y los suyos pasaron dos legislaturas llamando a la «cruzada» y acusando al laicista Zapatero de todos los males de la Iglesia española. Lo convirtieron en poco menos que en el Satán de Occidente, en el gran secularizador y descristianizador. Era el enemigo contra el que las huestes católicas más fanatizadas se pasaban la vida luchando. Y Colón, durante estos años, se convirtió en la rampa de lanzamiento de la ofensiva y en la demostración de fuerza frente al ‘opresor’. Pero muerto el perro…Se fue ZP y los neocons ya no tienen enemigo ni nadie contra quien luchar. Y la afluencia a Colón se vió sensiblemente mermada y reducida. Se pinchó el globo
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