El encuentro con Jesús, que es el Camino, la Verdad y la Vida, cambia la orientación de sus vidas
(Carlos Osoro, arzobispo de Valencia).- Vamos a celebrar la fiesta de la Epifanía del Señor. Unos hombres, los magos de Oriente, procedentes de otras geografías, que buscaban la verdad y la vida, son dirigidos por una estrella hasta donde ha nacido Jesús. Vienen por un camino e intentan convencerles que vuelvan por el mismo, pero ellos marchan por otro. El encuentro con Jesús, que es el Camino, la Verdad y la Vida, cambia la orientación de sus vidas. ¡Cuántos hombres y mujeres de nuestro tiempo necesitan de este encuentro con Jesucristo! Buscan la verdad, tienen necesidad de vida, necesitan encontrar el camino… ¿Qué es lo que encuentran?
Esta pregunta necesitamos hacérnosla nosotros, pues como nos decía el Papa Pablo VI, «no sería inútil que cada cristiano y cada evangelizador examinasen en profundidad, a través de la oración, este pensamiento: los hombres podrán salvarse por otros caminos, gracias a la misericordia de Dios, si nosotros no les anunciamos el Evangelio; pero, ¿podremos nosotros salvarnos si por negligencia, por miedo, por vergüenza -lo que San Pablo llama avergonzarse del Evangelio-, o por ideas falsas omitimos anunciarlo?» (EN 80). Tenemos el deber de anunciar el Evangelio.
Nosotros, como Iglesia del Señor, debemos sentir la alta responsabilidad de anunciar a Jesucristo. Al comenzar el año es bueno que recordemos este compromiso, pues la Iglesia que anuncia y transmite la fe, tiene que imitar el modo de actuar del mismo Dios.
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