La gente encontraba en Jesús respuesta a sus angustiosas penurias, a sus aspiraciones más hondas. ¿Qué le pasa a la Iglesia de hoy, que la gente, lejos de buscarla, cada vez huye más de ella?
(Faustino Vilabrille).- Jesús llevaba una vida dura y difícil, de pasar necesidades y muchas penurias; de sufrimiento, porque le dolían las carencias y los padecimientos de la gente, de sentirse decepcionado. Nos lo recuerdan estos datos, tomados de los Evangelios: «Los pájaros tienen nidos y las zorras guaridas, pero yo no tengo ni donde reclinar la cabeza». Jesús vivía muy pobremente.
Para leer el artículo completo, pinche aquí