La gente mayor no tiene ni un estatuto ni un rol social reconocido y, a veces, ni un hogar social
(Avan).- El arzobispo de Valencia, Carlos Osoro, recomendó a las personas mayores leer asiduamente la Biblia para «dejarse envolver por la sabiduría de Dios» y experimentar el «agradecimiento y la esperanza que provoca su lectura y escucha».
En una conferencia que pronunció ayer tarde en la Universidad Católica de Valencia «San Vicente Mártir» (UCV) en la Cátedra «Doctor Barcia Goyanes» para el estudio del envejecimiento y el desarrollo integral de los mayores, el Arzobispo y Gran Canciller de la UCV, insistió que la «Sagrada Escritura es vigor de la fe y fuente de espiritualidad siempre».
El prelado, que participó en el ciclo formativo «Mayores en el siglo XXI», destacó la capacidad de los mayores de «acoger y transmitir la Palabra de Dios con más fuerza» y, además, de hacerlo de «forma contemplativa«.
A este respecto, monseñor Osoro alentó a los mayores a ser «oyentes y discípulos al estilo de María, que fue quien trajo la Palabra»: la Virgen se muestra siempre «plena de docilidad y disponibilidad» y también fue «oyente y testigo de la Palabra», añadió.
Por otra parte, el titular de la archidiócesis de Valencia afirmó también ante el auditorio de mayores que «la experiencia puede convertirse en sabiduría humana» para lo cual hay que superar «tentaciones» como la rigidez, la actitud defensiva o la tristeza.
De igual forma, la verdadera sabiduría «nos hace más tolerantes de corazón y de mente», indicó el prelado que aseguró que «hace crecer la indulgencia con los demás». El prelado también observó que los mayores tienen más desprendimiento hacia las cosas: «no hay que vivir aferrado a ellas» sino estar «abiertos a lo que favorezca la espiritualidad».
En su conferencia, el Arzobispo analizó, también, la idea del «crecer en el decrecer», en un momento en el que el mayor «puede vivir graves crisis de identidad, autoestima o pertenencia». Así, el prelado lamentó una especie de «muerte social» que acaece en muchas personas tras la jubilación. «La gente mayor no tiene ni un estatuto ni un rol social reconocido y, a veces, ni un hogar social», subrayó.
Asimismo, monseñor Osoro consideró que «de entre todas las instituciones que hay en este mundo, la Iglesia es la que más respeta y valora a la persona mayor, y la que más cercana está de ella».