Somos un equipo de distintas iglesias, confesiones y denominaciones, pero dejamos en la puerta nuestras doctrinas, y sencillamente nos dedicamos a trabajar con todas las iglesias
(Jesús Bastante).- Juan Echeverría es el coordinador de proyectos de la Sociedad Bíblica de España, que pertenece a la fraternidad de las Sociedades Bíblicas unidas, entidades que se dedican a la promoción de las Sagradas Escrituras. Ahora presenta en España un proyecto que pretende acercar la Biblia a cada católico. Y es que nuestro «en 2008 iba a la cola de los países que menos leen la Biblia«.
-¿Cuántas sociedades bíblicas hay?
-178 en total, en diferentes países del mundo.
-¿Qué es una sociedad bíblica?
-Una entidad que se dedica a la promoción de las sagradas escrituras. Principalmente a la traducción a diferentes lenguas desde los textos originales. Nos dedicamos a la producción, distribución y animación bíblica. Ése es el fuerte de la institución, que existe a nivel mundial desde 1806. En España. Desde 1836. Ahora estamos cumpliendo el 175º aniversario de la fundación de la Sociedad Bíblica de España por Jorge Borrow.
-¿Es una entidad católica?
-En sus orígenes fue fundada por pastores protestantes, luteranos y anglicanos. Pero desde el Concilio Vaticano II, con la apertura del Pontificio Consejo para la Unidad de los Cristianos, se convirtió en una institución que trabaja aconfesionalmente. Hemos hecho un proceso de conversión. Yo, por ejemplo, soy católico, y trabajo en diócesis y parroquias. Pero el director de la Sociedad es pastor bautista. La secretaria es pentecostal, la administradora católica… Somos un equipo de distintas iglesias, confesiones y denominaciones, pero dejamos en la puerta nuestras doctrinas, y sencillamente nos dedicamos a trabajar con todas las iglesias. Es el esfuerzo que tenemos que hacer para lograr nuestro gran objetivo.
Las Sociedades Bíblicas han sido dirigidas durante muchos años por pastores protestantes. Pero actualmente el director del servicio para toda Europa, dentro de nuestras estructuras, es un alemán católico.
-¿Es esto una muestra real de ecumenismo?
-Nosotros no hacemos ecumenismo, pero si tú eres un ortodoxo, o un luterano, especialista en Biblia, queremos que colabores. En ese sentido, puede interpretarse como el ecumenismo efectivo del trabajo común por la Palabra.
-Háblanos de la campaña «Cada católico con su Biblia».
-Cuando se hizo el Sínodo de los Obispos en el 2008, todos los que estamos en el ámbito bíblico vimos con mucha esperanza la posibilidad de que empezara una gran difusión de las Sagradas Escrituras. Y que la reflexión teológica pasara a la práctica. Se firmaron convenios para nuevas traducciones, tuvimos un auditor para el Sínodo… y hubo propuestas interesantísimas. Cuando salieron las conclusiones quedamos gratamente sorprendidos, porque Benedicto XVI dijo que la difusión de las Escrituras debía hacerse, en la medida de lo posible, con la Federación Bíblica Católica y con las Sociedades Bíblicas. Agradecimos mucho ese espacio, ese reconocimiento. Y desde la Fraternidad nos preguntamos cómo podíamos responder a ese gesto. Nuestro primer rol es dar la Biblia, y el Sínodo hablaba de que en cada hogar exista una. Pero nosotros pensamos que no es cada hogar, es cada persona quien debe disponer de las Escrituras. Así que hicimos la campaña «Cada católico con su Biblia». Porque no se trata de tener la Biblia decorando en casa, como si tuviera algo de magia. Tiene que ser un libro de consulta diaria, estar en la mesa de noche, salir de la estantería. Cada día hay que leer, pensar y orar.
-¿Ésa es la novedad de esta Biblia?
-Sí. Hasta ahora, no existía en España una Biblia que incluyera la explicación de la Lectio Divina. El Papa, empezando su pontificado en 2005, se dirigió a los jóvenes diciendo que, si de verdad se practicara la Lectio Divina, entraríamos en una nueva primavera espiritual. Porque supone el contacto directo con la Palabra, con Cristo.
-¿Es importante actuar en consecuencia con lo que se lee?
-Efectivamente. Por eso quisimos aplicar el método para España, incluyendo 8 ejercicios seleccionados. El subtítulo nos lo sugirió José Antonio Solórzano, que es un experto, y dijo que pensaba que la Biblia era para leerla, pensarla y meditarla. San Jerónimo decía que desconocer las Sagradas Escrituras es desconocer a Jesucristo. Por eso la Lectio Divina está pensada como un encuentro personal con Jesucristo, tanto para los que están dentro de la Iglesia como los que no.
Nos impactó muchísimo que en el 2008 salió una encuesta, previa al Sínodo, hecha en varios países de Europa. Rusia, Bélgica… y España iba a la cola de los países que menos leen la Biblia. Nosotros escuchamos la Palabra de Dios todos los domingos en la eucaristía. Escuchamos la Palabra proclamada. Pero el católico español tiene muchas carencias en su relación con las Sagradas Escrituras. Por eso creo que vamos por la línea de investigación adecuada. Porque se nos planteó un desafío e hicimos algo pronto.
-¿Qué traducción utiliza esta edición de la Biblia?
-La traducción interconfesional, que se presentó en 2008 en la Biblioteca Nacional junto con Verbo Divino, Casa de la Biblia… Se firmó un contrato con la Conferencia Episcopal, que se inició en el año 74. En el 78 se lanzó un Nuevo Testamento, y después de 35 años se lanzó esta traducción, que tiene un valor añadido porque todo el mundo puede acercarse a ella sin temor, sin ninguna dificultad.
Normalmente hay tres niveles de traducción: nivel bajo, que suele emplearse para las ediciones infantiles; traducción media… la Biblia de Traducción Interconfesional tiene más riqueza de vocablos. Es una versión de la Biblia para enamorarse.
-¿Cuál es su precio?
-Es un precio muy asequible para Europa, y sobre todo para Hispanoamérica: 2,95 euros. Las Biblias siempre se seguirán vendiendo, este precio no rompe el mercado. Se ha hecho para una campaña de difusión masiva. Por eso decidimos que el precio no podía ser un obstáculo. Nuestra misión es la mayor difusión posible. Con este precio cubrimos costes y nos sentimos alegres de su altísima calidad. Es papel reciclado, un buen encolado…
-¿Cómo está funcionando la campaña en España?
-Gracias a Dios, hemos hecho unos pequeños acuerdos, por ejemplo, con los focolares y otros movimientos de vida apostólica y de renovación carismática. Las diócesis independientes también están apoyando la campaña con sus misioneros bíblicos formados en Lectio Divina. Catequistas y gente de pastoral se están uniendo a la campaña, utilizando este recurso. También las Escuelas Católicas, con el tema de la confirmación para jóvenes. Cada día llegan más propuestas de centros de estudios pastorales, diócesis y parroquias. Quien quiera sumarse es bienvenido.
-¿Cómo se está vendiendo?
-Directamente desde Sociedad Bíblica, sin circuito de librería.
-¿Y cuánto se está vendiendo?
-Hicimos un pequeño test con 10 mil ejemplares, y quedan pocos. Vamos ya con la 2ª edición. Y para junio-julio estará disponible otra con letra grande, porque nos dimos cuenta de que el tamaño estándar le cuesta a la gente mayor. Y lo más sorprendente es que el precio no va a variar mucho. Sólo va a costar 3,95€.
-¿Cómo está funcionando el proyecto en el resto del mundo, especialmente en Iberoamérica?
-De esta traducción se hizo la versión hispanoamericana el año pasado. Trabajamos en la adaptación del «vosotros» al «ustedes», para una versión latinoamericana. En enero hicimos una gira por diferentes conferencias episcopales: Perú, Ecuador, Colombia, Venezuela… que están meditando el proceso para decidir y asumir la campaña.
-¿Cuál es el objetivo de esta Biblia y de esta campaña?
-El objetivo institucional es que todo el mundo pueda tener su Biblia, que las ayudas que hemos ofrecido valgan, y lograr la mayor difusión posible.
Mi objetivo personal, además, es algo que sueño cuando visito iglesias protestantes: que todo el mundo va con su propia Biblia bajo el brazo. La leen todos los días, anotan, subrayan. Compran por lo menos dos biblias al año. Yo sueño eso para la Iglesia católica. Quiero ver biblias deterioradas por el uso. Que los principios y los valores de la Palabra de Dios se noten en la gente y en las parroquias.
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