¿Por qué no esperar que quizás anuncie que el obispo Romero, el mártir y santo valiente defensor de los pobres, es un modelo a seguir?
(Padre Ángel García, presidente de Mensajeros de la Paz).- Tercer día con el Papa en Cuba, y con el cardenal Sistach, visitando la residencia de apartamentos para sacerdotes mayores que hace 15 años inauguramos en La Habana. Me ha hecho especial ilusión saludar al padre Mario, en silla de ruedas por un accidente que tuvo hace años.
Entre lágrimas, me ha recordado el encuentro con el Papa. «Que ahora vengan ustedes a verme es vida para mí». En la residencia también había otros sacerdotes muy viejitos y sus familiares. Es precioso estar con personas mayores, y más si son sacerdotes, una «profesión» donde la soledad a veces es tan grande. También que nos hayan acompañado los cardenales de Barcelona, Chile y el cardenal Karlic de Argentina, un santo que tanto nos ayudó durante la hambruna en Tucumán a repartir alimentos en contra de las autoridades.
También vimos una guardería de niños carentes de afecto y cariño, y algunos hijos de mamás solteras y otros problemas, y contemplar cómo los príncipes de la Iglesia le daban su bendición, les besaban y se sentaban con ellos. Ésta es la Iglesia que a la gente le gusta ver.
El Papa ha sido un valiente con sus mensajes, algunos pensábamos, medio en broma, que cuando saliera del altar le iban a esposar y detener. Pidió por los que están privados de libertad, que nadie les quite la alegría interior a los cubanos, que haya menos rencor, división y enemistad. El Papa tuvo un recuerdo para los niños de Haití que siguien sufriendo, dos años después, los efectos del terremoto. Para mí éste es un Papa valiente, al que no le tiembla la voz al hablar de derechos humanos y decirles a los gobernantes que ya basta de tanto odio, muerte y hambre.
Hoy, en la misa de La Habana, ¿por qué no esperar que quizás anuncie que el obispo Romero, el mártir y santo valiente defensor de los pobres, es un modelo a seguir?
En Cuba, hace ya 20 años vinimos a instalar el Teléfono Dorado con el apoyo de Felipe González y su ministra de Asuntos Sociales, Matilde Fernández. Más tarde, a petición del cardenal de La Habana, abrimos una residencia para sacerdotes mayores, coincidiendo con la venida del presidente Aznar y de Ana Botella.
Hoy celebraré la misa, como hace 14 años con Juan Pablo II. Hoy me siento feliz al decir una vez más, como el Papa Benedicto, que la famiila no sólo en la Iglesia, sino en todas las sociedades, es el pilar y la célula fundamental de la sociedad.