Interpretada por el coro del Monasterio de la Trinidad, una pequeña isla en la Rusia sociética que logró mantener las tradiciones ortodoxas
(José Gallardo).- Si me sigues, sabes que me gusta poner de vez en cuando música procedente de la liturgia ortodoxa. Es muy colorista y potente, y sobre todo está cantada desde el corazón. No digo que las demás no, pero escuchando algo de la música ortodoxa uno se da cuenta de que tiene algo que conmueve y a la vez eleva nuestros corazones. Por eso suele ser una música tan atrayente.
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