Hoy no es ningún privilegio ser nombrado obispo, sino que representa una carga. Si fuera un privilegio no aceptaría
En Vigo, en la casa sacerdotal Nossa Señora da Guía, en la mañana del sábado 21 de abril ha fallecido el obispo emérito de Calahorra y La Calzada-Logroño monseñor Ramón Búa Otero. El 28 de abril habría cumplido 79 años.
Nació en Isla de Arosa (provincia de Pontevedra, diócesis de Tui-Vigo) el 28 de abril de 1933 Fue ordenado sacerdote, al servicio de la citada diócesis gallega, el 19 de marzo de 1961. Recibió la ordenación episcopal el 21 de febrero de 1982. De 1982 a a 1989 fue obispo de Tarazona y de 1989 a 2003 obispo de Calahorra y La Calzada-Logroño. Se jubiló con 70 años por razones de salud, tras sufrir un accidente de coche.
Estaba licenciado en Teología y en Sagrada Escritura. En su ministerio sacerdotal en Tui-Vigo fue profesor y formador del seminario, delegado de Enseñanza y Catequesis, asesor de las emisoras diocesanas de la Cadena Cope, canónigo lectoral de la catedral y de 1978 a 1982 párroco de la concatedral de Santa María de Vigo.
En la CEE trabajó en las comisiones episcopales de Enseñanza y Catequesis, Obispos y Superiores Mayores y Seminarios y Universidades.
En 1982, cuando le nombraron obispo de Tarazona, señalaba: «Hoy no es ningún privilegio ser nombrado obispo, sino que representa una carga. Si fuera un privilegio no aceptaría».
Incluso se mostraba comprensivo con la frustración de los aragoneses al no ser él de la tierra de su nueva diócesis, aunque el sacerdote gallego añadía: «Para mí el ser obispo de Tarazona significa dejar mi tierra, mi parroquia, mi diócesis. Pero voy con sentido pluralista, abierto, ecuménico. A los de Tarazona les acabo de decir que ya me siento de allí, y a los de Vigo y a los de mi pueblo que, aunque esté en Tarazona, toda la vida seguiré siendo arosano, vigués y gallego». (RD/Agencias)