No derrames odio, ni amargura, ni rencor, ni prisas desmesuradas, ni prepotencias, ni malos modos
(Jairo del Agua).- Hace más de treinta años que guardo, en mi «cajita de tesoros«, la postal que una preciosa joven me envió, después de un campamento de verano. Jamás la volví a ver, pero su presencia aún me acompaña.
En aquellos tiempos había jóvenes y adolescentes muy lindas, igual que ahora, los tiempos no han cambiado tanto. Pero aún se escribían cartas y postales a mano. Nunca tiré aquella postal porque algún hilo mágico la ancló a mi interior. La última vez que la encontré revisando mi «cajita» me di cuenta de que voy camino de conseguir lo que aquella joven me escribió.
«Derrama flores por dondequiera que vayas, porque ya no volverás a pasar por el mismo sitio«, dice aquella añeja postal. Es ciertamente un lema atemporal porque la verdad y la belleza no caducan. Pero es un mensaje que, en nuestra actualidad, recobra urgencia y sentido.
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