Quizás el ritmo de nuestro tiempo nos está pidiendo la sabiduría de un silencio de escucha. A todos. A los de arriba y a los abajo
(José Alegre, abad de Poblet).- Danzad donde quiera que estéis!
Yo soy el Señor de la danza.
Vuestra danza, la de todos vosotros, yo la dirigiré:
quienquiera que seáis, ¡entrad en la danza!
Yo danzaba la mañana cuando nació el mundo,
yo danzaba rodeado de la luna, de las estrellas, del sol.
Yo descendí del cielo y dancé sobre la Tierra:
yo vine al mundo en Belén.
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