(Josemari Lorenzo).- Las personas bien formadas sufren cuando un sacerdote o muchos clérigos dan un patinazo en materia sexual. Así ha ocurrido en los últimos años, cuando se han detectado en el clero numerosos casos de pederastia. Pero una persona bien formada sabe distinguir bien entre la doctrina y la conducta de quienes rigen la Iglesia. La persona bien formada sufre, sí, y pide al Señor remedio ante estos desmanes. Pero no padece escándalo en el sentido de que esta conducta inmoral le incite al pecado.
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