La fe en Cristo debe animar todo el tejido de la vida, personal y comunitaria, privada y pública, para consentir un estable y auténtico "bienestar", a partir de la familia
«Hay que volver a descubrir a la familia como un patrimonio de la humanidad, signo de una verdadera y estable cultura a favor del hombre». Nada más aterrizar en Milán, para participar en el VII Encuentro Mundial de las Familias, Benedicto XVI se dio su primer baño de masas en la plaza del Duomo. Y se reivindicó tras los terribles acontecimientos padecidos en las últimas semanas: «Allí donde está Pedro está la Iglesia«.
«La fe en Cristo debe animar todo el tejido de la vida, personal y comunitaria, privada y pública, para consentir un estable y auténtico «bienestar», a partir de la familia», afirmó el Pontífice en la céntrica plaza de Milán, poco después de haber sido recibido en el aeropuerto por el cardenal de Milán, Angelo Scola, el presidente del Pontificio Consejo para la Familia, Ennio Antonelli, y por el arzobispo emérito de Milán, Dionigi Tettamanzi. A su lado, también se encontraba el fundador de la Comunidad de San Egidio y ministro de Cooperación Internacional de Italia, Andrea Riccardi.
Ante mmiles de personas, el Pontífice incidió en que «la singular identidad de Milán no la debe aislar ni separar, encerrándola en sí misma». «Al contrario -advirtió el Papa-, conservando la linfa de sus raíces y los razgos característicos de su historia, ella ha sido llamada para mirar hacia el futuro con esperanza, cultivando un vínculo íntimo y propulsivo con la vida de toda Italia y de toda Europa». En la clara distinción de los papeles y de las finalidades, subraya el Papa, «la Milán positivamente «laica» y la Milán de la fe están llamadas para contribuir con el bien común». Benedicto XVI aprovechó para reivindicar la figura y el trabajo de los últimos tres arzobispos de Milán: Martini, Tettamanzi y Scola.
Más tarde, el Papa asistió a a un concierto en el Teatro de La Scala, que dirigió el maestro argentino-israelí Daniel Barenboim, y volverá a dirigirse al público en el famoso templo de la música.
Durante su estancia en Milán el Pontífice se alojará en el arzobispo.
El VII Encuentro Mundial de las Familias católicas, que comenzó el pasado 30 de mayo, tiene como lema «La familia, el trabajo y la fiesta«, y los organizadores -el Consejo pontificio para la Familia y la archidiócesis de Milán- esperan un millón de participantes.