La pobreza es cada vez más extensa e intensa ya que, en los últimos cuatro años, aumentaron considerablemente los hogares que no reciben ningún tipo de prestación económica
La Iglesia de Gipuzkoa, con su obispo José Ignacio Munilla a la cabeza, ha exigido hoy a las administraciones públicas que no recorten las prestaciones sociales en un momento de crisis que precisa de más protección social.
Munilla ha participado en la presentación de la memoria de 2011 de Cáritas diocesana de Gipuzkoa en una rueda de prensa en la que han intervenido el delegado episcopal de Cáritas, José Ramón Treviño, el director, Alfonso Muro, y el secretario general, José Emilio Lafuente.
El número de personas atendidas por Cáritas de Gipuzkoa en 2011 fue de 24.619, un 5,5% más que en 2010 y un 50% más que antes de comenzar la crisis económica, en 2008.
Para atender a estas necesidades, la entidad diocesana ha contado con 8,5 millones de euros en 2011, de los que el 61% fueron fondos propios -obtenidos de donativos, colectas y aportaciones de socios- y el resto corresponden a ayudas públicas, especialmente de la Diputación de Gipuzkoa, que ha mantenido el convenio con Cáritas.
El prelado donostiarra ha atribuido la crisis económica a la «irresponsabilidad» con la que se ha gastado el dinero público y privado en las últimas décadas, tras lo que ha advertido de que existe el riesgo de que «los más pobres y los mas necesitados paguen la situación, lo que sería altamente injusto».
Tras criticar medidas «injustas» como la retirada de la tarjeta sanitaria a los inmigrantes ilegales, el obispo ha afirmado que no se puede salir de la crisis «haciendo pagar nuestros errores a los más débiles, sería una grave injusticia».
Cáritas ha detectado la existencia de «nuevos pobres» que acuden a demandar su ayuda, así como un incremento de personas jóvenes y mujeres con niños a su cargo «en el umbral de la exclusión social».
El paro y los desahucios son las situaciones que están abocando a más personas a recurrir por primera vez a la asistencia de Cáritas, según han indicado sus responsables, que han llamado la atención sobre la situación de los inmigrantes, que sufren «una oleada creciente de racismo y xenofobia» y se ven expuestos a disposiciones legales como la retirada de la tarjeta sanitaria, aunque no en el caso de Euskadi.
La crisis está provocando que la pobreza sea más intensa, «ya que su incidencia es cada vez más profunda, impactante y grave», además de más «extensa», porque «el área de acción e impacto de la crisis se están ensanchando» y afecta a más personas.
Cáritas Bizkaia ha alertado hoy de las consecuencias de la prolongación de la crisis económica y de la existencia cada vez mayor de mujeres solas en situación precaria con hijos a su cargo y ha advertido de que la pobreza «empieza a tener cara de niño en los países occidentales».
Responsables de esta entidad socio-caritativa de la Iglesia Diocesana han hecho balance en Bilbao de su actividad el pasado año, en el que atendieron a un total de 13.464 personas, un 5,4 % más que el año precedente y casi 4.000 personas más que en 2007, antes de comenzar la crisis.
La entidad contó con un presupuesto de unos 12 millones de euros, teniendo como principal fuente de financiación las aportaciones de socios, donantes y entidades privadas, que aumentaron en 800.000 euros y representaron más del 61 % de sus ingresos.
La cantidad recibida de la Administración pública representó un 30,7 % de los ingresos y la procedente de las colectas en las parroquias casi el 8 % (ésta aumentó en 120.000 euros hasta casi el millón de euros).
En el conjunto de Euskadi, Cáritas atendió a unas 42.000 personas y sus responsables constataron que las situaciones de pobreza que tienen que atender son cada vez más complejas, entre ellas la presencia de la enfermedad mental en todos los colectivos a los que asisten, incluida la infancia.
La responsable de Investigación y Gestión del Conocimiento de Cáritas Bizkaia, Ana Sofi Telletxea, ha alertado, además, de que ha llegado «la segunda fase de las consecuencias de la crisis», centrada en su impacto no solo en las necesidades básicas y materiales de los afectados, sino también en sus condiciones psicológicas, autoestima o relaciones familiares.
Según ha advertido, esta situación y la incidencia de la pobreza en la infancia, derivada de la existencia cada vez mayor de mujeres solas afectadas con hijos a su cargo, «ponen en quiebra el futuro de la sociedad«.
Según los datos aportados, Cáritas Bizkaia, que cuenta con 4.700 personas socias y donantes (un 3,8 % más que en 2010), atendió el pasado año a más de 600 menores (320 niños y 293 niñas) de entre 4 y 14 años a través de un programa específico dirigido al colectivo, mediante el cual le da apoyo escolar y educación en valores y hábitos en higiene y alimentación, entre otras actuaciones.
A ellos se suman más niños atendidos a través de otros programas de la entidad, como los 80 que hicieron uso de su servicio psicológico o el número sin determinar que fue asistido en el programa de Cáritas dirigido a la familia.
Por otra parte, la prolongación de la crisis también está provocando «rechazo social» en algunas personas con posturas «preocupantes» a favor de que se reduzcan o supriman ayudas sociales con «eslóganes como ‘primero nosotros'», según ha advertido el director de Cáritas Bizkaia, Mikel Ruiz.
Ruiz ha instado, ante ello, a la sociedad a pasar «a la acción» en favor del cambio social y de un modelo de sociedad integradora.
Respecto a la actividad de la entidad, en 2011 Cáritas Bizkaia constató un aumento de las atenciones largas (representan un 22 %) que presta a desfavorecidos necesitados de más tiempo para salir de la situación de desventaja social en que se hallan, mientras que un 41,4 % de las personas atendidas acudió por primera vez a la entidad.
Cáritas Bizkaia continuó en 2011 atendiendo a más mujeres que hombres (58,3 % frente a 41,7 %), redujo de un 67 a un 62 % las personas extracomunitarias asistidas y aumentó de un 32 a un 37 % las procedentes de la UE a las que prestó servicio.
En 2012, según sus responsables, se mantienen las tendencias del pasado año. De octubre a marzo pasados, Cáritas ha atendido a 8.700 personas (más de 500 mujeres solas con familiares a su cargo) en Bizkaia, de las que más de la mitad está en situación de grave pobreza.
De los atendidos, unas 1.700 personas están lejos de poder acceder a la protección pública, algunas de ellas afectadas por el endurecimiento de las condiciones de acceso a la Renta de Garantía de Ingresos (RGI).
Por su parte, Cáritas prevé doblar este mes el número usuarios del economato social «Mambré» de Lorca, que cerró mayo con 216 familias ayudadas y estima llegar a 500 a finales de junio, según datos difundidos por la Diócesis de Cartagena con motivo del premio «Corazones Cáritas 2012» otorgado a esta iniciativa lorquina.
Según el obispado, estas 216 familias las componen 752 personas, de las cuales 38 son niños, menores de 10 años, que requieren una alimentación distinta a los de más edad.
De ellas, 200 son familias españolas, 13 ecuatorianas, dos marroquíes y una rumana, y todas ellas sufren las consecuencias de la catástrofe de los terremotos del 11 de mayo de 2011.
De acuerdo con la información recabada por la Diócesis, una familia de cuatro miembros, que hace una compra de 200 euros, paga 60 euros en el economato puesto que los 140 euros restantes corren por cuenta del local diocesano, en tanto que una familia de diez que realiza una compra de 500 euros paga 150 euros, responsabilizándose el economato de los otros 350 euros.
Un total de 20.000 productos se vendieron el pasado mayo en este economato, en el que se han invertido en alimentos e higiene un 83.871 euros, de los cuales las familias lorquinas han pagado 17.170 euros.
Los casi 67.000 euros restantes, afirma el obispado, han sido sufragados por los fondos destinados a este proyecto.
Este local se encuentra en la travesía Calle Fuente Álamo, en el Barrio de San Diego de Lorca, abre los martes y jueves, de cinco a ocho de la tarde durante el invierno y de nueve a doce en los meses de julio y agosto, y en un futuro, «no muy lejano», es muy probable que abra más días a la semana dado el crecimiento en el número de usuarios.
Este proyecto, que será reconocido hoy con el premio Corazones Cáritas, se inauguró el 11 de enero con el fin de poder atender a las familias afectadas por los seísmos.
Una treintena de voluntarios acuden dos días a la semana al local de manera altruista con el fin de poder colaborar con un proyecto que «surgió de la generosidad de muchos».
El obispado recuerda que existen cuentas bancarias habilitadas desde la Diócesis para recibir aportaciones destinadas a este economato.
Finalmente, más de 400.000 personas, un 16,8 por ciento de los gallegos, están por debajo del umbral de la pobreza en Galicia debido a las «dificultades importantísimas» de acceso a derechos básicos «como la vivienda, el empleo o la alimentación».
Lo ha explicado el vicedirector de Cáritas Diocesana de Santiago, Javier García Sánchez, quien ha indicado que de 2007 a 2011 aumentaron «en más de un 160 por ciento» las personas que reciben ayudas de la entidad que depende de la Iglesia Católica. «Muchos ciudadanos que hace dos o tres años tenían un trabajo estable, ahora necesitan de los servicios de Cáritas para comer», ha apuntado.
En concreto, ha detallado que de los 400.000 gallegos que están por debajo del umbral de la pobreza, más de 214.000 –un 7,73 por ciento– corresponden a las parroquias que dependen de la diócesis de Santiago de Compostela.
Conforme ha concretado, en la capital gallega el número de ciudadanos que están «por debajo de este umbral» asciende a los «17.102», de las cuales, el 1,5 por ciento soportan una situación de «pobreza severa». Es decir, «reciben menos de 3.900 euros al año».
«La pobreza es cada vez más extensa e intensa ya que, en los últimos cuatro años, aumentaron considerablemente los hogares que no reciben ningún tipo de prestación económica», ha asegurado García Sánchez antes de detallar que «la elevada cuota de desempleo» el es «motivo fundamental» de este incremento.
Con todo, ha expresado que el aumento de la pobreza «ha venido emparejado» de un aumento de las «donaciones y de las colectas» en todas las parroquias de la diócesis, pues, como ha destacado, «la concienciación de los ciudadanos es mayor por la crisis».
Por su parte, el director de Cáritas, José Anuncio Aparicio, ha manifestado que la entidad católica «no quiere sacarle las castañas del fuego a las administraciones» y ha asegurado que estas «tienen que cumplir con su obligación» de acercar los derechos básicos a los ciudadanos «como refleja la Constitución».
De este modo, ha reclamado a los «gobernantes» que «no recorten el gasto social» destinado a ayudar a las personas más desfavorecidas. Un colectivo que, como ha incidido, «cada día es mayor» por lo que las administraciones «deben incrementar su apoyo».
Asimismo, ha reivindicado que «cumplan el compromiso» de contribuir a crear empleo, un «mal» que, según ha explicado, «es el principal motivo del aumento de las personas en riesgo de exclusión social».
A este respecto, ha considerado «preocupante» que «estén llegando» Ayuntamientos a Cáritas para que sea esta entidad quien preste «determinados servicios a los favorecidos» ante «la ausencia de recursos municipales» cuando, como ha indicado, «este prestación es de su obligación».
«Obviamente, si hay un problema humano o social, vamos a prestar ayuda, pero lo que Cáritas no queremos es tapar las carencias de las administraciones», ha manifestado.
Ante estas cuestiones, García Sánchez ha avanzado que el próximo domingo, día 10 de junio, la entidad celebrará el Día de la Caridad para «poner de relieve en el sentido más amplio» la necesidad de «la caridad y la solidaridad».
Con este objetivo, Cáritas llevará a cabo actos litúrgicos en las parroquias de la diócesis compostelana y realizará colectas para «paliar alguno de los problema que motivan la pobreza y la exclusión social». «Queremos construir una sociedad nueva, basada en el humanismo y en valores que favorezcan la dignidad de todos los seres humanos».
(Rd/Agencias)