"Tendencias de las Religiones" está coordinada por la cátedra de Comillas de Ciencia, Tecnología y Religión
(Jesús Bastante).- Tendencias 21 es una novedosa revista de innovación científica y social, dirigida por Eduardo Martínez y que también cuenta con una parcela dedicada a la investigación y el análisis del fenómeno religioso, que coordina Javier Monserrat. «La comunidad científica tiene una cierta timidez al opinar sobre temas religiosos«, explica Eduardo. Javier insiste: «No se puede excluir a Dios de la explicación final del Universo».
Eduardo, ¿cómo nació Tendencias 21? ¿Hace cuánto? ¿Qué hacéis en la red?
Nosotros estamos en internet desde el año 2001, y nuestra vocación es servir de interfaz entre el conocimiento y la sociedad. Originalmente nos llamábamos «Tendencias científicas y sociales», pero luego en internet nos hemos puesto Tendencias 21, por el siglo XXI. Nuestro objetivo es desarrollar un periodismo de calidad y de anticipación, porque pensamos que a la gente la interesa más lo que va a ocurrir que lo que ocurrió. Vamos explicando por dónde va el conocimiento por muy distintos ámbitos (ciencia, tecnología, sociedad… y religiones).
¿Queréis marcar tendencia, elaborar una especie de camino?
Bueno, nuestro objetivo es muy modesto. Nosotros somos periodistas puros y duros en origen, aunque tenemos muchos expertos de diferentes disciplinas. Nuestra finalidad es contar las cosas, ver por dónde van los tiros, qué innovaciones importantes se están produciendo. Y sobre todo, cómo afecta este conocimiento a las personas corrientes. Nosotros, aunque trabajamos en un nivel de divulgación científica y técnica, trabajamos en un nivel que puede ser entendido por cualquier persona que tiene un bachillerato. Ése es el umbral mínimo que hace falta para seguirnos a nosotros.
¿Y cómo afecta el conocimiento, en la supuesta sociedad del conocimiento?
A nivel de conocimiento, creo que estamos en un momento de transición como especie humana, porque el conocimiento está transformando todas las convicciones y creencias que teníamos en muchos ámbitos, tanto en el neurológico como en el astronómico, y también en el aspecto social y tecnológico. La tecnología está revolucionando completamente la forma de vida de las personas.
Javier, ¿puedes hablarnos de tu sección en Tendencias 21?
Se llama «Tendencias de las Religiones«. La revista Tendencias 21 es una revista de sociedad, ciencia, tecnología y cultura. Por tanto, ellos se dirigieron a la cátedra de Comillas de Ciencia, Tecnología y Religión, que está ubicada en la Escuela Técnica Superior de Ingeniería de la universidad. Yo soy asesor de esta cátedra, donde comenzamos desde el año 2005 a realizar actividades, que fueron conocidas por diferentes personas, conectadas con el mundo de la ingeniería. Y fueron precisamente personas del Instituto de Ingeniería de España los que nos pusieron en contacto con Tendencias 21, y pensaron que lo que nosotros hacíamos podía dar lugar a una sección dentro de la revista.
Soléis basaros en informes poco conocidos a nivel de los informadores religiosos de España, y además en temas que, a parte de ser científicos y divulgativos, tratan de buscar respuestas y propuestas. ¿El punto de partida es el estudio del ser humano y su religiosidad?
Sí. La idea de la cátedra era crear en la Universidad un ámbito en el cual pudieran resonar todas las preguntas científicas (es decir, las que vienen de la cosmología, de la física teórica, de la neurología…) donde salen continuamente investigaciones y puntos de vista que de alguna manera se refieren a la naturaleza del ser humano, y por tanto, conectan también con lo religioso. Pensábamos que faltaba un lugar donde, desde el punto de vista de la creencia, se van a lograr aportaciones serias a la ciencia y a la física teórica que se proyectaban sobre el mundo de lo religioso. Por tanto, los artículos y las temáticas que abordamos son de un cierto nivel, porque todas ellas hacen referencia a ciertos actores, libros de importancia que acaban de salir… Nosotros comentamos o discutimos, y presentamos artículos sistemáticos sobre ciertas materias. Pero la idea es ayudar a que el mundo de lo religioso se entienda con profundidad filosófica y científica.
¿Se puede tratar el hecho religioso desde un punto de vista científico? ¿Se aborda de forma distinta por una persona creyente que por una que no tenga esa experiencia?
E: Por supuesto que se puede abordar. Nosotros tenemos una metodología propia, que aplicamos a los temas que desarrollamos nosotros, y que permite que cualquier persona lo pueda entender. Los temas religiosos no dejan indiferente a nadie. Nuestra sección de religiones, a parte de ser una de las más leídas, es una de las más comentadas, porque nosotros nos movemos entre un público que no necesariamente proviene del ámbito religioso, sino que sencillamente tienen inquietudes. Por eso nos dirigimos a la cátedra, en búsqueda de asesoramiento para la sección, porque las secciones especializadas tratamos de desarrollarlas con instituciones. Por ejemplo, con la Facultad de Informática de la Politécnica. Dentro de todo eso, nuestra experiencia es que hay mucho interés en cuanto al tema religioso, porque la gente (esté a favor o en contra) tiene algo que decir. Todo el mundo se hace las grandes preguntas, y si le dan una respuesta que no le convence, busca otra. Nosotros tenemos una filosofía de servir a la sociedad, a los lectores. Poner a su alcance conocimiento para que, sobre esa base, puedan formarse sus opiniones sobre los más diversos temas.
La pulsión entre ciencia y religión ha estado latente durante siglos. La Iglesia ha sido motor de conocimiento, pero también ha puesto trabas, históricamente, a determinadas investigaciones. ¿Queda algo de esto todavía?
J: Yo pienso que al hablar de ciencia y filosofía (que asumen la misma problemática) es importante advertir que el hombre, como ser vivo, busca la vida. Y para vivir necesita el conocimiento. El hombre se orienta por el conocimiento, y la ciencia hoy en día es el instrumento básico de conocimiento que tenemos. El que produce conocimiento con más precisión y rigor. Por tanto, lo que la ciencia dice (que en definitiva es conocimiento sobre el universo y sobre la materia, la vida, el hombre, su estructura neurológica…), no es indiferente a la religión, puesto que la religión también se construye sobre conocimiento. Por tanto, todo lo que la ciencia dice, naturalmente tiene una repercusión sobre lo religioso. Si por ejemplo la ciencia dijera que el conocimiento objetivo que tenemos en torno al universo excluye totalmente pensar que pudiera existir eso que llamamos la realidad de Dios, evidentemente tendría sus repercusiones. Hay quien piensa así, pero son pocos, porque las posiciones radicales no son muy extendidas. Pero es muy importante que el mundo de lo religioso dialogue con la ciencia. La reflexión profunda que intentamos hacer sobre los resultados de la ciencia, sometidos a la reflexión filosófica, en definitiva muestra que no podemos imponer de una manera racional ni el ateísmo ni el teísmo. Sino que, lo objetivo (lo que hoy en día debemos reconocer si somos equilibrados) es que nuestro conocimiento nos sitúa en un universo altamente enigmático, donde hay preguntas de fondo y donde no se puede excluir a Dios de la explicación final del universo. De hecho, las tradiciones religiosas, y el mismo cristianismo (aun con todos sus problemas, sus faltas de coherencia, y la crítica de la que todos somos conscientes de que se puede hacer) son algo que interpela a todo el mundo. Es algo que está ahí, y que la ciencia y la filosofía nos dice que sería posible. De hecho, una inmensa mayoría de la humanidad ha vivido dentro de la experiencia religiosa. Esto, naturalmente, plantea cuestionamientos muy serios para cualquier existencia.
¿Hay posibilidad, en el siglo de la velocidad y del conocimiento, que ciencia y religión puedan encontrar una senda común, o al menos, dejar de ser adversarios? ¿Llegarán a cruzarse las rectas paralelas?
E: Creo que se está avanzando mucho en el diálogo ciencia-religión. Hay muchísimas opiniones y diversas lecturas de las cosas, y lo que yo aprecio por mi convivencia con la comunidad científica es que hay una cierta timidez al opinar sobre estos temas, porque suscitan polémica y la gente está centrada en su trabajo. Y también hay científicos a los que les molesta mucho que de un campo específico de conocimiento (como puede ser, por ejemplo, la física cuántica) se extrapolen conclusiones que no tienen nada que ver. Está todo confundido. Pero, si pensamos en el ciudadano corriente (que es al que nosotros nos dirigimos), nosotros no podemos, como medio de comunicación, entrar o salir del debate, sino simplemente ponerlo sobre la mesa para que la gente lo conozca y profundice. Ésa es nuestra misión como medio de comunicación. Y lo hacemos de la mano de una cátedra académica que está súper especializada en esta temática, y que es la que va marcando la paut de lo que vamos publicando, para darle rigor, altura y consistencia a lo que es un debate muy complicado.
(E: Eduardo Martínez, J: Javier Monserrat)
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E- A la gente le interesa más lo que va a ocurrir que lo que ocurrió
E- El conocimiento está transformando todas las convicciones y creencias que teníamos
J- Pretendemos ayudar a que el mundo religioso se entienda con profundidad filosófica y científica
E- Los temas religiosos no dejan indiferente a nadie
E- Nuestra sección de religiones es una de las más leídas y una de las más comentadas
E- Hay mucho interés en cuanto al tema religioso, porque la gente (esté a favor o en contra) tiene algo que decir
J – No se puede excluir a Dios de la explicación final del universo
J – Una inmensa mayoría de la humanidad ha vivido dentro de la experiencia religiosa
E – La comunidad científica tiene una cierta timidez al opinar sobre temas religiosos