Teresa sueña con una iglesia menos clericalizada, menos obsesionada con la moral sexual, sin discriminaciones por orientación sexual, con igualdad entre mujeres y hombres
(Jesús Bastante).- Eulalia Tort es una joven y prometedora periodista, que acaba de publicar «Converses amb Teresa Forcades» (Dau), una completa biografía de la religiosa benedictina, a quien Tort define como «una mujer que no tiene miedo en alzar su voz cuando lo estima oportuno ante situaciones de injusticia». Un libro escrito por dos mujeres creyentes, que demuestan que «la actual discriminación en la iglesia no tiene ningún fundamento».
¿Por qué este libro?
Teresa Forcades es una mujer con capacidad de discurso en ámbitos muy diferentes. El gran público la conoció a partir de la polémica sobre la gripe A y de hecho, fue de las primeras voces en denunciar el negocio y corrupciones de las farmacéuticas con las vacunas para esta supuesta nueva gripe. Y, cabe decir, que el tiempo le dio la razón. Sin embargo, más allá de este capítulo, Teresa Forcades es una mujer extraordinaria que además de doctora en Medicina, es doctora en teología y monja en el Monasterio de Sant Benet de Montserrat (Barcelona). Su rigor intelectual y profundo arraigo al evangelio hacen de ella una mujer que no tiene miedo en alzar su voz cuando lo estima oportuno ante situaciones de injusticia. Algunas de ellas son la profunda clericalización de la iglesia, el machismo, la excesiva medicalización de la sociedad o un sistema económico que oprime a los más débiles.
¿Cómo ha cambiado tu percepción sobre ella de antes de escribir este libro a después?
Este libro recoge diez conversaciones con Teresa Forcades realizadas en el monasterio de Sant Benet durante un año. En todo este tiempo hemos tenido oportunidad de hablar de muchísimos temas que están recogidos en el libro. Creo que lo más interesante es hacer una lectura de conjunto, recorrer las opiniones de Teresa Forcades en todos los ámbitos que abordamos. La conclusión final que yo extraigo es la profunda coherencia en sus planteamientos ya sea hablando de economía, sanidad, feminismo o teología. Tal vez esto sea lo que me ha resultado más interesante en el proceso de creación del libro, descubrir los pilares sobre los que se sustenta el pensamiento y vida de Teresa Forcades y ver cómo después se muestra coherente en todas sus acciones y planteamientos. Ser coherente no es nada fácil y a menudo puede ser fuente de incomprensión por parte de los demás.
¿Qué rasgos destacarías de su personalidad? ¿Cómo la definirías?
Teresa es una mujer rigurosa y extremadamente lúcida en sus reflexiones. La extraordinaria base intelectual de su formación y la capacidad crítica que cultiva le confieren libertad para hablar sin eufemismos. Cuando opina nada es gratuito ni aleatorio. Pero de la misma forma que es importante destacar este rigor, cabe decir que es una mujer comprometida con su comunidad y con la sociedad y que es desde aquí donde toma sentido su enorme presencia en foros, medios de comunicación, charlas, congresos… Es una mujer muy generosa.
Hace unos años, Forcades salió a la luz pública con unas polémicas declaraciones sobre la gripe A. Finalmente, el tiempo acabó dándole la razón. ¿Cómo vivió esos días? ¿Qué recuerdo le queda?
En «Converses con Teresa Forcades» hay un capítulo dedicado a esta cuestión donde Teresa explica cómo vivió esos días y hace balance. Tal vez lo que sería importante destacar es que algunas de las reivindicaciones que Forcades hacía en 2009 -como la necesaria reformulación de la Organización Mundial de la Salud-, siguen estando pendientes.
¿Cuál es su relación con Hugo Chávez y la teología de la Liberación?
Teresa Forcades se define como una teóloga de la liberación y, sobretodo, feminista. Ha estado en numerosas ocasiones en Venezuela y su opinión sobre Hugo Chávez es muy diferente a la que estamos acostumbrados a escuchar en los medios de comunicación españoles. Sin querer defender ni justificar a Chávez, Forcades recuerda que es de los pocos gobernantes capaces de ofrecer una alternativa al capitalismo deshumanizado que impera hoy día en Occidente. Sólo por este motivo merece ser tomado en consideración.
En todo caso, es extraño que una religiosa contemplativa tenga una vida tan «activa», lo cual a veces genera dudas e incomprensiones. ¿Cómo vive esta realidad Forcades?
Precisamente creo que se trata de todo lo contrario. La vocación religiosa no significa retirarse del mundo y desaparecer sino dar testimonio en este mundo de que una vida desde Dios es posible y es fuente de felicidad. Teresa Forcades creo que entiende su vocación desde esta dimensión generosa y, de hecho, recibe diariamente muchos correos electrónicos en los que le piden intervenciones en congresos, charlas, cursos, etc… Ella intenta atender aquellas en las que cree que puede aportar alguna cosa, en las que cree que puede dar un testimonio. En ningún caso creo que este compromiso social pueda generar dudas e incomprensiones. Quien lo interprete así creo que olvida lo más nuclear del ser cristiano: el amor. Y amar también se traduce en estar cerca de las personas, seas monja de vida contemplativa o no.
¿Cuál es la Iglesia con la que sueña Teresa Forcades? ¿Se siente a gusto en la Iglesia actual?
Tal vez esta pregunta debería responderla ella pero creo que no me equivoco cuando digo que Teresa sueña con una iglesia menos clericalizada, menos obsesionada con la moral sexual, sin discriminaciones por orientación sexual, con igualdad entre mujeres y hombres... pero lo fundamental es que nos invita a no ser pesimistas: las revoluciones nunca las han empezado los de arriba, nos toca a nosotros.
¿Cuál es la Iglesia con la que sueña Eulalia Tort?
Una iglesia fiel al evangelio y al mandamiento del amor.
Es un libro escrito por una mujer sobre otra mujer, desde dos perspectivas creyentes. Sin embargo, el papel de la mujer en la Iglesia es cuando menos muy secundario. ¿Por qué? ¿Qué deberían hacer las mujeres creyentes para solucionar esta realidad?
No conformarse ni quedarse en el pesimismo. Además, creo que es fundamental que las mujeres en la iglesia nos formemos porque es a partir de una lectura atenta de los evangelios en los que una descubre que la actual discriminación en la iglesia no tiene ningún fundamento. Estas clases de teología serían extensibles a curas, obispos y jerarcas varios.
¿Vivimos en una Iglesia machista?
Como dice Teresa Forcades, esta iglesia actual la hemos construido entre todos, hombres y mujeres. Pero sí, esta iglesia es machista de la misma forma que la cultura ha tendido a relegar en un segundo puesto a la mujer. Quedan pendientes aún muchas conquistas, entre ellas una iglesia en la que en lugar de primar el género, prime el amor.