Sobre los dirigentes políticos pesa la gravísima obligación de ayudar a otros pueblos necesitados bajo el calificativo de pobres
(Urbano Sánchez García)- Una aspirina semanal no cura un cáncer terminal. Ni las palabras de políticos solucionan la problemática tan profunda y universal en la que está sumergido el mundo. La situación actual necesita la colaboración de todos y la radicalidad para afrontar y superar la crisis que padece el mundo actual con sus ocho raíces y ocho cabezas:
1-la verdad sin mentiras y con trasparencia;
2-la justicia sin egoísmos y con respeto;
3-la paz sin agresividad y con diálogo;
4-la libertad sin libertinaje y con responsabilidad;
5-la vida sin matar y con ayudas a los necesitados;
6-los bienes ajenos, sin robar y con generosidad;
7-las relaciones sin odios y con fraternidad;
8-la religiosidad sin manipulaciones y con fe coherente.
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