Dice Comblin: "La Iglesia, después de Aparecida y Puebla, empezó a no tener nada que decir"
(Jon Sobrino)- Ver a la Iglesia «en pobreza y sin poder» nunca ha tenido mucho éxito, y si se hace de ello algo central ni siquiera en el Vaticano II, tan importante y decisivo en muchas otras cosas. Sí lo tuvo en Medellín, y en Puebla todavía pudo salir con bien ante graves maniobras en su contra.
Pero desde hace tres décadas el deterioro es inocultable. Dice Comblin: «Después de Puebla comenzó la Iglesia del silencio. La Iglesia empezó a no tener nada que decir». Y aunque Aparecida ha supuesto un pequeño freno, en la Iglesia no ha ocurrido todavía aquel «revertir la historia» que exigía Ellacuría para sanar una sociedad gravemente enferma.
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