Deliciosa y sencilla, en ocasiones magistral, nos abre a lo extraordinario que se esconde en lo profundo de cada ser humano
(Peio Sánchez).- Vuelve nuevamente el cine sobre el tema de los milagros con este cuento oriental sobre la infancia y la adultez. Toda una llamada a asumir la realidad confiadamente más allá de las dificultades, descubriendo que lo extraordinario y sobrenatural forma parte de lo ordinario y natural aunque lo sobrepasa como deseo y como despliegue de lo profundo e inesperado.
Con una estructura narrativa de cuento infantil se nos presenta la difícil vida de dos hermanos, Koichi (Koki Maeda) de 12 años y Ryunosuke (Ohshirô Maeda) de 10, que añoran volver a vivir juntos tras la separación de sus padres. Un buen día, Koichi se entera de que la nueva línea del «tren bala» entre Kagoshima y Hakata está a punto de abrirse y que «el día de la inauguración, si se está ahí en el momento en que el tren Tsubame y el tren Sakura se crucen a 250 kilómetros por hora, habrá un milagro. Surgirá una tremenda cantidad de energía y se cumplirá cualquier deseo». Con este motivo se inicia un viaje hacia el más allá que terminará por conducirles al más acá.
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