Tanta gente sencilla, humilde, buena... Querer el Reino de Dios en la humanidad, significa querer a la humanidad transformada en Reino
(Juan Pedro Cubero, Por un mundo mejor)- 1.A modo de introducción-motivación: El ‘carisma’ del P. Lombardi (PL). Contexto histórico: Final de la 2ª guerra mundial y Proclama de Pio XII «Por un Mundo Mejor» (1952)…
Fundador del Movimiento por un Mundo Mejor (MMM): Su tesis doctoral: «La salvación del que no tiene fe» (1938) y su último libro: «La Iglesia y el Reino de Dios» (1976)…
«El problema que más me ocupa – escribe el P.L. – es el de la Iglesia y el de la salvación universal ofrecida a todos. Es ya el primer problema que estudié cuando hice la tesis doctoral y escribí aquellos artículos para ‘La Civiltà Cattolica’: ¿centrar el plan de Dios en la Iglesia llamada a penetrar santamente el mundo, o, por el contrario, centrarlo en el Reino universal de Dios sobre todos los hombres abiertos al amor, con un lugar reservado a la Iglesia, como testimonio y signo? Es un mensaje interpelante para la Iglesia de hoy: A esta luz, se comprende la necesidad de todo un replanteamiento de la Iglesia, – en su tarea evangelizadora – con la obligación de vivir intensamente el amor, los valores del Reino; a su vez, así, se satisface el instinto moderno de creer en la salvación ofrecida a todos; y una nueva concepción de las Misiones (y de la evangelización)….Se trata de redimensionar la Iglesia- institución». (Diario 7/II/1973).
Con el Concilio Vaticano II, el PL siente reafirmarse su vocación al redescubrir, con una luz y fuerza nuevas, la realidad del Reino de Dios, como una realidad que «sin desligarse de la Iglesia transciende los límites visibles de ésta», como el Único Absoluto (Pablo VI, EN 8). A esta luz, el Concilio presenta a la Iglesia como «»el germen y el principio de ese Reino» (LG 5y la cuestiona profundamente en su forma de ser y de vivir su misión evangelizadora ante el mundo: «Una Iglesia purificada, despojada, servidora del mundo, sierva del Reino…».
2.La evangelización actual: «Pasar de una mentalidad-actitud-acción ‘eclesiocéntrica’ a una mentalidad-actitud-acción ‘reinocéntrica‘ » (Con su correspondiente y necesaria conversión)
«Somos Iglesia al servicio del Reino de Dios; y esto es fundamentalmente la reforma introducida por el Vaticano II. Creo que ha existido una tradición demasiado ‘eclesiocéntrica’, centrada en pensar sólo en la Iglesia y preocupada fundamentalmente en «hacer a todo el mundo iglesia»…Hoy, mediante el Vaticano II, tenemos una mentalidad más ‘reinocentrica’: instaurar el Reino de Dios en el mundo, hacer que el mundo sea Reino de Dios: para esto existe la Iglesia, a esto sirve la Iglesia… Una Iglesia ‘más preocupada del Reino que de sí misma’; no una Iglesia que se preocupa solamente de multiplicar bautismos, comuniones o otros sacramentos, sino preocupada también de multiplicar gente que se ame de verdad, y que ame al prójimo, porque es así como se salvarán…»(Charla en México, «La Iglesia al servicio del Reino de Dios», Noviembre 1976).
Y añade: «Es una santa revolución, una revolución que hace humildes, que hasta ‘humilla’, si queréis; pero se trata de una humillación que hace grandes. El hombre es grande en la medida en que se hace servidor de los demás, que los ayuda, los quiere, los hace crecer… Esta es la reforma del Vaticano II: una Iglesia realmente servidora de la humanidad». (l. c.)
3. «Un viaje por el Reino (20.II-20.VI.1976)
En mayo de 1975 renuncia a la Dirección General del MMM y él lo motiva a sí: «A la luz de esta verdad – Reino de Dios -, quiero dedicar el resto de mi vida a contribuir a la salvación de tantos hombres que en este momento no están bautizados y no tienen otro camino de salvación sino el amor. Quiero ir sobre todo a los Continentes donde el bautismo es tan raro (Asia y África) y predicar allí el amor. He preparado un curso especial de 4 o 5 días, al que querría invitar a musulmanes, budistas, taoistas, marxistas, y gente de cualquier otra religión o filosofía, personas de buena fe…» (Carta a los bienhechores, Julio 1975).
Así, emprende su viaje a Asia, comenzando con un retiro espiritual en Jerusalén: «Verdaderamente siento gran impresión de estar aquí donde tantas veces estuvieron Jesús y María. Me conmueve. Todos los pueblos están aquí…». (Diario 20/II/1976) «He terminado mi retiro que hace de Ejercicios. Estoy profundamente impresionado; y, así lo espero, cambiado. Me siento más libre, más decidido por el Reino; también más consciente de la misión (de la Iglesia) y de sus dificultades…» (Diario 4/III/1976)
Es consciente de que va como testigo; por eso, en vuelo desde Yacarta a Singapur, escribe:
«Este viaje es único en mi vida sin discursos y solo con visitas. Pero lo hago sólo por y para la Iglesia, para ayudar a la salvación de todos; espero que servirá.» (Diario 31/III/1976).
En Manila con el P. Arévalo, SJ, teólogo famoso:
«Le pongo las dos preguntas de mi fase actual en el viaje: Mi temor de que mi presentación del Reino disminuya el puesto de la Iglesia de la cual se ha repetido por siglos ‘fuera de la Iglesia no hay salvación’; y eventuales aplicaciones pastorales de tal doctrina del Reino. El P. Arévalo no duda de que se deba decir -con el mismo lenguaje que yo uso- que la Iglesia es para el Reino… Según él, esto no disminuye a la Iglesia; más bien le da su verdadero lugar como sacramento visible de salvación universal. Y mi esfuerzo por el Reino me viene de la Iglesia… Él ama tanto a la Iglesia!» (Diario, 14/IV/1976).
En mayo llega a Seúl, Corea. Tiene diversos encuentros, con responsables de la Iglesia y de otras Religiones. Después de una reunión con el Presidente de la Comisión Episcopal para el Ecumenismo, que considera «extraordinariamente bendecida por Jesús», escribe:
«He expuesto mi visión de la Iglesia y del Reino; después de siglos para aclarar la Trinidad, y siglos para la Encarnación, estamos ahora en los ‘siglos’ sobre el misterio de la fusión de los hombres en la vida de la Trinidad. Se comenzó hace un siglo con el Vaticano I; el Vaticano II ha completado la visión de Iglesia; ahora viene el Reino y tal vez un nuevo Concilio sobre esto… Le explico que mi viaje a Asia me ha confirmado la teología, después del estudio que he concluido para el libro; ahora comienza el viaje de regreso a Roma, sobre aplicaciones pastorales de esta teología al servicio del Reino. ¿Qué me dicen Ustedes, con su experiencia ecuménica? El Obispo confiesa que la teología que estudió tenía solo una frase sobre el Reino como algo más grande de la Iglesia, pero que no lo había profundizado nunca… En el diálogo, Jesús me ha dado luz y fuerza extraordinarias… En cuanto a propuestas pastorales para el Reino, ya tengo algunas, pero se trata de la fase creativa de las Iglesias; y deberemos encontrarlas todos juntos; ‘Tengan coraje con Roma; – le he dicho – y no solo ejecución’…». (Diario, 7/V/1976)
En la Universidad Budista (Seúl) habla con el jefe Bonzo, profesor muy estimado.
«Con nosotros es extremadamente cordial y muy contento de cómo yo expongo el deseo de unión de todas las religiones en los valores del Espíritu. Nos explica la mentalidad budista. Al final nos regala un lazo con una frase escrita por él. En la mía escribe la siguiente frase budista: ‘10.000 caminos convergen en una sola carretera’. En relación a mi, significa que tantas religiones diversas yo las veo como convergentes en una sola vía hacia Dios. Nos despedimos con un abrazo». (Diario, 11/V/1976)
En Bangkok (Tailandia):
«Yo veo el plan de Dios orientado cada vez más hacia la igualdad y la fraternidad humana, aún cuando ahora se vaya consiguiendo con tanta violencia y con tanto sufrimiento. Hemos tenido tantos siglos para promover la comunión cristiana en el amor, y no hemos sido capaces de superar tantas situaciones evidentes de ‘privilegio’; ahora, la bandera de la unidad la toman también otros (con nosotros), quienes así están sirviendo de hecho al Reino de Dios…». (Diario, 19/V/1976)
A modo de conclusión
En Rangoon, Birmania, después de los funerales del Secretario General de la ONU, U-Thant, en un monasterio budista:
«Hemos ido a visitar la famosa pagoda. Es impresionante, con centenares estatuas de Buda y una inmensa cúpula de oro. A la luz de mi reflexión sobre el Reino, recibo un gran impacto, al ver rezar a tantos con gran devoción. Antes, hasta a veces se pensaba que era ‘culto del demonio’. Ahora se ve con verdadera alegría tanto honor dado a Dios: al verdadero Dios, porque hay un solo Dios! Es el Reino de Dios en el mundo! Tanta gente sencilla, humilde, buena…Querer el Reino de Dios en la humanidad, la humanidad transformada en Reino de Dios significa esforzarse por edificar en el Espíritu la fraternidad universal, con nuevas relaciones y nuevas estructuras.»(Diario 14/XII/1974).
A esta luz escribe después:
«El Concilio Vaticano II lo ha expresado claramente; y, por eso, habla abiertamente de la posibilidad de salvación para todos los hombres, todos: cristianos, budistas, mahometanos, taoistas, confucionistas, las religiones primitivas del animismo africano, todos, todos… Dios siempre ha actuado, y actúa, en la conciencia de los hombres, moviéndolos a hacer el bien y a evitar el mal, aunque muchos de ellos no sean conscientes de esto….» (Último viaje, Charla sobre «El Reino de Dios», México, Noviembre 1976).
El Reino de Dios es el ‘motor’ de toda la vida del PL«: «Todo el sufrimiento de mi vida ha sido por el Reino de Dios, para la salvación de los hermanos…Mi vida ha sido más palabra que escucha; y ahora es necesario una Iglesia que escucha…» (29/XI/1976)..
Año y medio antes de morir, muy enfermo y probado, no puede ya escribir y dicta estas últimas palabras: «La Iglesia con todos sus problemas, el mundo y el Reino de Dios son el trasfondo suave de un abandono total y lleno de paz, no experimentado hasta ahora». (Diario 29/VI/1978)