o decisivo es mantenerse fieles al proyecto de Jesús, que es buscar la gloria de Dios, que se manifiesta también en la vida digna del pueblo
(Felipe Arizmendi, obispo de San Cristóbal de las Casas).- La Iglesia Católica se esfuerza por cumplir su misión evangelizadora y profética cuando hay regímenes contrarios a la fe, y también colaborar con autoridades más afines y abiertas. No han faltado tiempos en que el poder secular y la institución eclesial parecieran estar casadas, y una servirse de la otra para sus propios fines.
Después de las elecciones que hubo en nuestro país, muchos sólo piensan cómo acomodarse con los elegidos, qué ventajas podrán alcanzar, o qué riesgos pueden correr. Los obispos no estamos exentos de estos planteamientos, pero nuestra decisión no puede depender de cálculos oscuros e interesados, de ventajas personales o institucionales, sino de analizar cómo ser una Iglesia profética, que anuncia el misterio de Cristo y denuncia lo contrario al Reino de Dios, y también una Iglesia dispuesta a colaborar en la construcción de una sociedad justa y fraterna. Lo decisivo es mantenerse fieles al proyecto de Jesús, que es buscar la gloria de Dios, que se manifiesta también en la vida digna del pueblo.
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