¿Cómo se explica que la “derecha más religiosa” sea la que ha legislado las medidas más duras contra los pobres, haciendo la vista gorda ante la abundancia de los más ricos? Y nuestros obispos siguen callados.
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(José María Castillo).- El efecto más perverso que seguramente produce la abundancia de dinero («chrêma») (Mc 10, 23; Lc 18, 24) es que, en un número de casos muy alto y muy alarmante, al rico, al que disfruta de patrimonio y fortuna («hypárchonta») (Lc 8, 3; 11, 21; 12, 15. 33. 44; 14, 33; 16, 1. 14; 19, 8), lo hace insensible ante el sufrimiento de los demás.
Lo estamos viendo estos días. Y España entera lo sabe. Para recortar 65.000 millones de euros, este año y el que viene, el Gobierno del PP ha tomado una serie de medidas que agravan más el sufrimiento de los que menos tienen y menos ganan, al tiempo que amplía y mejora la ya privilegiada situación de los ricos. Y cuando el presidente Rajoy anuncia sus medidas de ajuste en el Parlamento, la gente de su partido aplaude las decisiones que van a hundir más en la miseria a los que peor lo pasan, sin que faltara el repugnante grito de la elegante rubia: «¡Que se jodan!«. ¿Puede haber mayor insensibilidad ante el sufrimiento ajeno? Como acaba de decir el conocido escritor Juan José Millás, «a la mierda los enfermos, los pobres y los viejos y bienvenidos los chorizos de siempre. ¿Viva Gürtel!»
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