Los muchos y fieros dragones de esta sociedad están prontos a devorar al hombre, despreciando al Dios que lo ha creado
(José Alegre, abad de Poblet).- En el cielo un silencio de admiración, en la tierra un aroma exquisito como de espliego. Y en este misterio de Santa María contemplamos una visión optimista sobre la condición humana. Como una preciosa plasmación del pensamiento de san Ireneo: la gloria de Dios es que el hombre viva.
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