Aunque hayamos revalorizado mucho la liturgia de la Palabra, todavía estamos lejos de ponerla en paralelo con la liturgia eucarística
(Juan Jáuregui).- Cuando Jesús multiplicó los panes quería, obviamente, saciar el hambre de aquellos israelitas; pero aquello era para Él «signo» de algo más … de un pan capaz de saciar «hambres más profundas».
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