Relacionar las iglesias vacías con una teología y liturgia reformadas me parece una visión limitada, no es posible volver a encerrarse
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(Raimund Herder, en Dialogal).- Herder es una editorial nacida en Friburgo de Brisgovia, Alemania, que desde hace 125 años publica libros en español.
El primero fue Historia Sagrada del Antiguo y del Nuevo Testamento para uso de las escuelas católicas y llegó al mundo hispanohablante en 1887. Hoy resulta gracioso ojearlo porque habla de un mundo que aún no había asumido las tesis de Darwin. Por ejemplo, pone una fecha exacta a la creación del mundo por parte de Dios, concretamente el 4.000 a.C. Fue un bestseller en su época; se tradujo del alemán a 18 idiomas e inició la expansión internacional de Herder.
De todo esto hace ya algunos años. Hoy los libros sobre religión han cambiado mucho. Ahora acabamos de publicar el segundo volumen de Voces de la mística, de Javier Melloni, una compilación de textos de los grandes místicos del mundo.
Textos de todas las culturas y lenguas para ser leídos desde la contemplación, donde ya no importa qué nombre se da a Dios. Esta visión que supera las diferencias religiosas también está presente en uno de los autores más importantes de nuestro catálogo, Viktor Frankl. Su libro El hombre en busca de sentido ha ayudado a muchas personas en momentos difíciles.
Yo nunca conocí a Frankl, pero visité varias veces a su viuda en su casa en Viena, donde todavía están su escritorio y su biblioteca. Ella me contó que Frankl era un hombre muy religioso, judío, aunque nutrido de una espiritualidad que supera las diferencias religiosas. En la práctica caritativa (el amor al prójimo) no hay distinción entre religiones. Tampoco la hay en la contemplación mística (el amor a Dios). En la revelación, en la tradición teológica y en la liturgia, sin embargo, sí que se distinguen las religiones. Y entonces hace falta el diálogo, ya que vivimos en un mundo en el que, cada vez más, éstas se van mezclando.
Este diálogo entre religiones es importante para Herder. Cuando visité por vez primera a Raimon Panikkar en su monte místico en Tavertet me saludó con la frase «¡Tengo un manuscrito para ti!». Era De la mística, uno de los pocos libros que Panikkar escribió en castellano. Hablaba y escribía en varios idiomas y también dominaba cuatro lenguajes místicos -como él los llamaba-: el hindú, el budista, el cristiano y el secular. El diálogo interreligioso pretende que los representantes de diferentes religiones se entiendan sin dejar de ser lo que son. Así, el dialogo no puede ser amenazante sino enriquecedor. Un cristiano en la senda de Buda, de Jaques Scheuer, que acabamos de traducir, es un libro que también respira este aire.
En Cataluña el porcentaje de venta de estos libros interreligiosos (no sólo de autores catalanes como Panikkar) es más alto que la cuota habitual de nuestros libros. Por otro lado veo que en Cataluña las iglesias están más vacías que en otras zonas de España. Intuyo también que el anticlericalismo es más profundo aquí. Sin embargo, el interés por lo religioso es mayor.
A lo largo de estos 125 años hemos publicado libros sobre religión y teología con diferentes enfoques. En los años 60 publicamos a autores con un gran compromiso con el concilio y la nueva teología. Precisamente, para conmemorar este gran acontecimiento católico, ahora hemos reeditado un texto de Karl Rahner sobre el concilio con un prólogo de su entonces ayudante, el Cardenal de Maguncia, Karl Lehmann. Juan XXIII abrió las ventanas de la iglesia. Algunos hoy consideran que el Concilio fue un error porque por estas ventanas abiertas se escaparon muchos fieles. Pero relacionar las iglesias vacías con una teología y liturgia reformadas me parece una visión limitada, no es posible volver a encerrarse.
Hace poco publicamos un diálogo entre el teólogo Carmelo Dotolo y el filósofo Gianni Vattimo. Un lector nos escribió porque lamentaba que Herder publicara a autores como Vattimo, que tanto daño había hecho a la iglesia. Yo no estoy de acuerdo con esta crítica. «La herejía inicia el cambio» nos dijo el teólogo egipcio Nasr Abu Zayd en su visita a Barcelona.
El cambio es vital. En este sentido queremos dar espacio al debate aunque pueda resultar incómodo. Si miramos la historia de la iglesia vemos que ella también cambia, pero lentamente. Observa y, cuando no tiene dudas, incorpora lo nuevo. No siempre llega tarde; incluso a veces se anticipa y lo comunica de una forma simbólica. Nadie puede dudar de la actitud moderna de la iglesia hacia las mujeres después del dogma de la Asunción en cuerpo y alma de María del año 1950. El único ser humano que llega a situarse al mismo nivel que Dios ¡es una mujer!
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