Damos un valor absoluto a “lo mío”, “lo nuestro”, cuando en esta vida nada tiene un valor absoluto. Solamente la vida
(José Alegre, abad de Poblet).- Querido Rafael: leo en la Escritura Sagrada: la religión pura e intachable a los ojos de Dios Padre es ésta: visitar los huérfanos y las viudas en sus tribulaciones y no mancharse las manos con este mundo…
Y creo, ciertamente, que en todas las religiones hay una preocupación por los débiles, por los pobres, e incluso en todas ellas hay instituciones que se preocupan de hacer este servicio. Esto está bien. Pero «esto sólo» puede ser peligroso e incluso farisaico, pues reducimos la religión a unos espacios concretos, cuando la religión debe ser una experiencia que agarre a toda la persona, y a todo un pueblo. No podemos, ni debemos abdicar esta responsabilidad, que nos afecta a todos y cada uno, en una institución.
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