Ratzinger pidió que se eviten las traducciones “interpretativas” y que se favorezcan las literales
Es bien conocido el diagnóstico que merece al cardenal J. Ratzinger la reforma litúrgica de Pablo VI: «ha producido unos daños extremadamente graves» ya que, al romper radicalmente con la tradición, ha propiciado la impresión de que es posible una recreación de la misma «ex novo» (J. Ratzinger, «Mi vida. Autobiografía», Madrid, 2006, 105.177).
También son conocidas las posteriores autorizaciones del Papa Benedicto XVI para celebrar la misa en latín (Exhortación postsinodal «Sacramentum caritatis», febrero 2007) y para recuperar la liturgia romana anterior a la reforma impulsada por Pablo VI en 1970 (Carta Apostólica «Summorum Pontificum», julio 2007).
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