Nacido en Almodóvar del Campo (Ciudad Real) en 1499 o 1500, Juan de Ávila es a lo largo del siglo XVI una de las luces que con más esplendor manifestó la santidad en la Iglesia española
Los tres obispos de la provincia eclesiástica extremeña han animado hoy a los fieles a unirse a la peregrinación a Roma que encabezarán ante la próxima declaración solemne de San Juan de Ávila como Doctor de la Iglesia por parte del Papa Bendicto XVI.
En una carta pastoral, Santiago García Aracil, arzobispo de Mérida-Badajoz, Amadeo Rodríguez Magro, obispo de Plasencia, y Francisco Cerro Chávez, obispo de Coria-Cáceres, han destacado que un acto «tan especial, merece, en la medida que se pueda, que se haga visible con espíritu de comunión y con alegría».
Esta acontecimiento, que fue anunciado por el Papa Benedicto XVI durante la pasada Jornada Mundial de la Juventud, va a tener lugar en Roma el próximo 7 de octubre, día en que se abre la Asamblea Ordinaria del Sínodo de los Obispos sobre la Nueva Evangelización para la transmisión de la fe cristiana.
En su carta, los prelados extremeños han puesto de manifiesto que ser doctor de la Iglesia significa que San Juan de Ávila es un «eminente maestro de la fe para los fieles de todos los tiempos», que se suma así a una no muy larga lista: San Isidoro de Sevilla, Santa Teresa de Jesús y San Juan de la Cruz.
Los obispos han destacado que el doctorado de San Juan de Ávila es, pues, un acontecimiento «de gracia para toda la Iglesia, y de un modo especial para la Iglesia en España».
«Pero las tres diócesis de la provincia eclesiástica de Extremadura nos sentimos muy agradecidas al Señor y al Santo Padre, ya que el nuevo doctor de la Iglesia mantuvo con nuestras tierras y con nuestros cristianos una intensa relación pastoral», han apuntado.
De esta forma, han explicado que el santo pasó una larga temporada en Zafra -no menos de dos años- y desde esta ciudad se trasladó a predicar a Fregenal de la Sierra y a los pueblos de alrededor.
Asimismo, han reseñado que su relación con las Iglesias extremeñas tiene también «otros reflejos» y uno de ellos es el fruto de la especial fraternidad que se suele dar entre los santos, «en la que San Juan de Ávila, como padre y maestro de muchos, es un verdadero experto».
Así, se sabe de la relación epistolar con San Juan de Ribera y de su encuentro con San Pedro de Alcántara, cuando este andaba metido en su reforma alcantarina, precisamente en Zafra.
También han mencionado la relación de San Juan de Ávila con Guadalupe: hay testimonios de que sus padres peregrinaron desde La Mancha al santuario de la patrona de Extremadura.
Además, han aseverado que es conocido el aprecio que el próximo Doctor de la Iglesia sentía por el Monasterio jerónimo, pues, según consta en sus biografías, fue el Maestro Ávila quien le recomendó a San Juan de Dios que visitara Guadalupe para aprender cómo tratar a los enfermos.
Nacido en Almodóvar del Campo (Ciudad Real) en 1499 o 1500, Juan de Ávila es a lo largo del siglo XVI una de las luces que con más esplendor manifestó la santidad en la Iglesia española, siendo, además, «padre de santos» en un tiempo de santos.
Fue un gran teólogo, que puso su sabiduría, sobre todo en la predicación y en sus escritos, al servicio de una misión profundamente evangelizadora, que desplegó con un intenso apostolado por Andalucía, la Mancha y Extremadura, aunque sus primeras intenciones fueron ir al Nuevo Mundo.
(Rd/Agencias)