El cristiano no cree en "algo", en dogmas, verdades o doctrinas. Cree en "alguien". Las cosas no pueden llenar el corazón
(Martín Gelabert).- La fe cristiana no es solo ni principalmente aceptar una serie de creencias propuestas por la Iglesia. Es, ante todo, un encuentro y un compromiso con la persona de Cristo resucitado, que transforma y compromete la vida entera. Sin esta transformación y compromiso no puede hablarse de fe.
El cristiano no cree en «algo», en dogmas, verdades o doctrinas. Cree en «alguien». Las cosas no pueden llenar el corazón. El conocimiento de muchas y grandes verdades puede dejar a uno vacío. Sólo el encuentro amoroso puede satisfacer al ser humano.
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