Durante la conversación, surgieron numerosas cuestiones, sobre el futuro de la Iglesia, las vocaciones, el funcionamiento de los seminarios, el relevo de Rouco en Madrid, las nuevas realidades eclesiales y la relación con la sociedad
(Jesús Bastante).- Ocurrió después de una frugal pero intensa comida en la que hablamos de Iglesia, Teología, Vaticano, Política y Vida en maýusculas. Olegario González de Cardedal acaba de pasar por un cuádruple bypass, que a punto estuvo de acabar con su vida. Tal vez por ello su conversación es más extrema, más apasionada, más agradecida que en ocasiones anteriores en que hemos tenido la oportunidad de encontrarnos.
José Manuel Vidal y yo hemos tenido la oportunidad de visitar Salamanca con motivo de la inauguración del curso académico en la Upsa, y nos encontramos con la fortuna de compartir mesa y mantel con Xabier Pikaza, Ángel Galindo, Maximino Cerezo y, por supuesto, Olegario. Al término del almuerzo, el que probablemente sea el mejor teólogo español vivo en estos momentos nos llevó junto al convento de San Esteban, a cuyos pies se yergue una estatua de Francisco de Vitoria, custodiado por unos chopos y unos bancos de piedra. «Éste es mi pequeño altar«, nos confesó Olegario, quien aseguró que suele ir allá a rezar la liturgia de las horas y ponerse en contacto con la sabiduría del maestro del siglo XVI.
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