El Espíritu de Jesús guía a la Iglesia y anima en el corazón de todos los hombres de buena voluntad, la búsqueda del bien
(Ángel Moreno, de Buenafuente).- Según los textos bíblicos que hoy se proclaman, no es infundada la esperanza en que el pueblo de Dios mantendrá la fidelidad a las verdades de fe y a la rectitud de costumbres.
Aunque sintamos que se desvanece el clima social religioso y que nos precipitamos hacia una época sin trascendencia, una historia sin Dios, siempre habrá en la Iglesia, como profetismo liberador, un resto que mantendrá la fidelidad al Evangelio.
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