La crisis económica, su origen y gestión, alimenta la sospecha de que nos encontramos en una estafa organizada
(Jordi López Camps).- Este titular resume perfectamente el sentido de la conferencia pronunciada por el periodista Iñaki Gabilondo en el acto de presentación de las actividades de Cristianismo y Justicia.
En su intervención, este formidable periodista repasó la situación actual y destacó los grandes problemas de nuestra sociedad. Identificó magistralmente las líneas rojas que no se pueden traspasar y propuso pistas para la esperanza.
Después de analizar el momento presente afirmó que nos encontramos en un callejón sin salida porque vivimos de espaldas a las personas y no da parecer querer rectificar esta actitud. Según Gabilondo, el futuro es incierto e imprevisible.
No es posible hacer ningún augurio porque, a pesar de las dificultades existentes, la capacidad de reacción de las personas son inimaginables. Vivimos momentos de estupor y de desorientación. Muchos aspectos de la vida se mueven y cambian a velocidades vertiginosas. La crisis económica, su origen y gestión, alimenta la sospecha de que nos encontramos en una estafa organizada.
El camino hacia el futuro pasa para afirmar unos principios básicos de la humanidad que hay que defenderlos como establos, permanentes y duraderos. Por Iñaki Gabilondo estos principios tienen que basarse en una visión de la vida basada en la decencia, la formalidad y el respecto a los demás. Para Gabilondo, de los tres grandes lemas de la Revolución Francesa se han intentado construir sociedades basadas en la libertad y la igualdad, pero no en la fraternidad (solidaridad).
La fraternidad o la solidaridad no han sido traducidas en iniciativa política. Ahora es el momento de construir sociedades fraternas que rompan con el modelo antropológico propuesto por la sociedad de mercado basado en el consumo, la competencia y el endeudamiento como referentes incuestionables.
Enfrente a esta falacia hay que apostar por la persona, por un nuevo modelo antropológico orientado a satisfacer los valores básicos y profundos de todo individuo. Su esperanza es que las personas del presente se subleven cada vez más contra este modelo de sociedad que los deja insatisfechos y así empezar a construir la nueva sociedad. La cual, todavía hoy, no sabemos cómo será.