Crisis que sufren más los más desfavorecidos y que no son los causantes de las mismas
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(Euquerio Ferreras, Verbo Divino).- Gracias..., gracias por habernos acompañado en este Encuentro Misionero. Cuando iniciamos hace casi seis años la planificación del primero, con el lema de «Y el Verbo se hizo Carne» teníamos más miedos que expectativas de que el Encuentro cumpliese los objetivos propuestos:
Conocernos, Reconocernos y Celebrar.
Y al cabo de los años podemos decir que los objetivos se cumplen encuentro tras encuentro.
Conocernos:
darnos cuenta que no estamos solos, que somos muchas personas las que estamos trabajando con la Espiritualidad del P. Arnoldo Janssen. Pero que necesitábamos visualizarnos, encontrarnos para darnos cuenta del volumen real de los que tenemos esta sensibilidad misionera.
Reconocernos:
desde el conocimiento nos valoramos en la justa medida como hermanos-as de la misma Comunidad pero con diferentes opciones vocacionales, de ahí el compartir momentos de formación, reflexión y sobretodo oración.
Celebrar:
la Comunidad, la Espiritualidad y la alegría de sentirnos Misioneros, somos llamados para trasmitir el mensaje de liberación de Cristo, y esto ha de servir para sentirnos bienaventurados y contagiar esta alegría desde el Evangelio.
En este 5º Encuentro: «Y el Verbo se Hizo Carne: Justicia, Paz e Integridad de la Creación» también se han cumplido estos objetivos generales, pero además podemos decir que salimos satisfechos de las propuestas concretas de este año.
Retomamos la convivencia donde la dejamos el año pasado, como dando sentido a un ciclo, celebrando una Oración Bíblica, guida por el equipo de formación del Verbo Divino, basada en las Bienaventuranzas, camino para los cristianos. Siempre se nos queda corto el tiempo, pero fue justo para que sirviera de interpelación a un modelo de vida que como cristianos tenemos que hacer aún más presentes en estos tiempos de crisis sociales y económicas.
Crisis que sufren más los más desfavorecidos y que no son los causantes de las mismas… pero a los que nosotros debemos trasmitir un mensaje de esperanza desde nuestro ejemplo de vida.
El sábado
fue un día rico en testimonios, empezando por el de un joven de 97 años, José Luis Sampedro, que magistralmente propuso un modelo de estructuración social basada en el compartir, la cooperación y la creatividad.
En oposición al modelo actual que nos ha llevado a esta crisis, no solo económica y social, si no también de destrucción de los valores ya que se basa en la productividad, competitividad e innovación comercial.
Sumado los valores planteados por Sampedro a su mayor lección, la de la obligación de vivir, no como derecho, sino que la vida se nos ha dado, por lo tanto tenemos la obligación de llenar de vida a la propia vida.
Estas reflexiones sirvieron para el trabajo común, de donde podemos destacar como conclusiones de los diferentes grupos:
● «Podemos cambiar el mundo, si iniciamos el proceso en el cambio personal, y a partir de ahí creamos espacios donde compartir.
● Como cristianos debemos tomar una postura de protesta e inconformismo ante la injusticia, por eso debemos estar abiertos y sensibles a las necesidades, ser solidarios y coherentes en los planteamientos y actuaciones. En este sentido la Iglesia, como comunidad, asume su papel de atención a los necesitados, pero hay que obligar a otras instituciones sociales a que hagan lo mismo.
● Desde este compromiso misionero debemos tener una presencia pública, actuando y trabajando desde lo social, para anunciar y denunciar desde la Fe, pero también desde el Amor, solo así podremos trasmitir un mensaje de Esperanza, en especial a los más jóvenes.
● En este trabajo social y de trasmisión de valores, hay muchas personas que actúan como cristianos y no lo saben, mejoran el mundo de los demás y dan testimonio con su actitud. Por eso para nosotros es una tarea el ofrecer valores humanos desde Cristo.»
Continuamos la tarde con otros tres testimonios conmovedores, el primero mediante video conferencia con Roberto Duarte, responsable de «justicia, paz e integridad de la creación» desde Ecuador.
La presencia de José Fernández, que nos presento su trabajo con laicos en un proyecto esencial de lucha contra el hambre en Paraguay. Y terminamos con la video conferencia de la Hermana María José desde Steyl (Holanda). Que sin duda analizó una realidad cruda, pero que refuerza el sentido de vivir dentro de la Fe.
El testimonio de Roberto Duarte también empezó con una idea clave de trasformación personal, ya que planteó como imposible realizar un cambio social si personalmente no tenemos una cierta integridad, por eso hay que trabajar a la par la justicia social y la personal.
Nos sugirió tener una actitud Evangélica para escuchar a «nuestra gente donde hay muchos nuevos profetas, como podrían ser los indignados» Roberto cerró su intervención recordándonos las Bienaventuranzas, ya que como afirmó, trabajar por la Paz y la Justicia es ser bienaventurado si brota desde la espiritualidad.
José Fernández, con gran alegría nos expuso su proyecto de proporcionar alimento a los más necesitados mediante un proceso de trasformación de los productos derivados de la soja, y la intervención colaborativa de los laicos de la comunidad.
Aunque con gran firmeza dijo que «hay que estar en contacto con el hambre del hermano«, que hay que crear conciencia para producir el cambio en las estructuras de la sociedad, baso sin embargo su intervención en la fuerza de apostar por el trabajo de los laicos como protagonistas de la intervención social y evangélica.
El tercer testimonio de la Hermana María José, SSpS. resultó muy oportuno ya que en esa semana estaba participando en un seminario que precisamente trataba sobre el mismo tema: Justicia, Paz e Integridad de la Creación. Entre sus conclusiones figuraba que la Justicia y la paz hay que asumirlas como una forma de vida que analiza la realidad que nos rodea.
También como idea esencial identificó que desde la Fe se nos plantea la figura de Jesús como modelo de Justicia y Paz, y en cuanto a la Integridad de la Creación, dio un giro de interpretación a los Textos, de donde estábamos
llamados a dominar la tierra, en realidad se nos dice que estamos llamados a cuidar la tierra, y con ella a todos los seres y recursos de la naturaleza.
En una segunda parte de su intervención se centró más en su experiencia personal del trabajo que realiza con inmigrantes en Portugal, donde expuso argumentos más que sobrados para hacernos entender que los que sufren con más gravedad esta crisis económica que estamos pasando siguen siendo los inmigrantes de cualquier país.
Nos confesó su dificultad, y al de sus compañeras, en este trabajo diario donde se sufre la desesperación y los problemas cotidianos, que solo sobrellevan desde la Fe, como ella misma dijo: «ser llamados a ser puente como Jesús, entre Dios y el sufrimiento de su pueblo».
• Recordar también que a lo largo del día, en diferentes momentos se proyectaban pequeños documentos que nos proporcionaban consejos de como cambiar nuestros hábitos de vida para conseguir un desarrollo más sostenible cuidando el medio ambiente y proporcionando un consumo más responsable de los recursos de la tierra.
En este sentido el proyecto que desde el Encuentro se apoyó, mediante su difusión, pero especialmente con el apoyo de donativos de los asistentes fue el de la construcción de pozos y canalización de agua potable en Manggarai – Flores (Indonesia).
El Encuentro Misionero terminó el domingo día 14 con la celebración de la Eucaristía como gran fiesta de la Comunidad, donde este año la oración del Padre Nuestro fue más internacional que nunca.
* Termino este resumen como empecé, dando las gracias, porque sin vuestra participación desde la Comunidad de personas llamadas a la Misión no sería posible.
Llamados a la Misión desde las distintas opciones: de consagrados-as y desde el laicado.
Recuerdo este punto porque este año más que nunca se han puesto el acento en el papel de los laicos
en la Misión, como bien nos recordaban los hermanos del Verbo Divino desde su Capitulo General.