Las dimensiones del Mandamiento Principal alcanzan a nuestras relaciones con Dios, con nosotros mismos y con el prójimo, y todas ellas desde una referencia explícita al amor
(Ángel Moreno, de Buenafuente).- Es posible que la cita que nos recuerda el Mandamiento Principal produzca en nuestro interior cierta resistencia, por la radicalidad que exige y por la fragilidad que sentimos. En momentos en los que se nos pone el dedo en la llaga, siempre duele.
Sin embargo, si superamos el primer impacto al oír el vocablo «mandamiento», y dejamos que la Palabra de Dios atraviese nuestra coraza defensiva, nos encontramos con la revelación más completa de cómo alcanzar una vida plena y feliz, superando las tentaciones que nos ofrecen la sensualidad, el poder y el tener.
Para leer el artículo completo, pincha aquí: