"El Estado no ha solucionado los problemas de los cristianos, y por eso al nuevo papa le espera una gran carga"
La elección del obispo Teodoro como nuevo papa copto ha alegrado a esta minoría egipcia, pero también ha despertado su preocupación por el papel que desempeñará su iglesia en medio de una escena política dominada por los islamistas.
Entre la falta de leyes que regulen las relaciones sociales de los cristianos y la difícil relación de la Iglesia copta con el Estado, muchos son los desafíos que aguardan a Teodoro II (Tauadros en lengua copta), de 60 años y sucesor de Shenuda III, que murió en marzo pasado a los 88 años, tras cuatro décadas de papado.
Sean cuales sean esos retos, lo cierto es que numerosos cristianos esperan que la Iglesia bajo Teodoro II no sea su representante político y que anime a sus fieles a que se involucren más en los partidos y los movimientos políticos.
«Los representantes seglares de la Iglesia copta deben tener un papel más efectivo, porque son ellos y no los religiosos quienes pueden contribuir a que los cristianos estén más presentes en los partidos políticos y las ONG», dijo a Efe Ibrahim Ishaq, experto en libertad religiosa de la Iniciativa Egipcia para los Derechos Personales.
Tras la revolución del 25 de enero de 2011, que acabó con el régimen de Hosni Mubarak, muchos cristianos -un 10 % de los 85 millones de egipcios- empezaron a salir del seno de la Iglesia para participar en la vida política, formando partidos o colaborando en movimientos revolucionarios, ante el auge de la tendencia islamista.
Pese a las críticas de muchos miembros de su comunidad, Shenuda III optó por mantener la paz con el régimen del depuesto presidente Hosni Mubarak (1981-2011), hasta el punto de tratar de persuadir a sus fieles para que no participaran en las protestas que desencadenaron el movimiento que acabó derribándolo del poder.
«El papa es un dirigente religioso, pero cuando no se respetan los derechos de su pueblo, la Iglesia desempeña el papel del Estado para protegerles«, recordó Ishaq, en alusión a que el Gobierno no ha presentado hasta ahora soluciones a la escasa representación de la minoría copta en las instancias estatales.
Esa opinión la comparte el especialista en asuntos coptos del Centro Al Ahram para Estudios Estratégicos y Políticos, Yusri Gharbaui, quien advirtió sobre las consecuencias de que el Estado no trate a los cristianos como ciudadanos iguales a los musulmanes.
«Los coptos, que están intentando ahora salir del paraguas de la Iglesia, pueden volver a encerrarse en ella, para no salir nunca, si el Estado no responde a sus peticiones», dijo a Efe Gharbaui.
«El Estado no ha solucionado los problemas de los cristianos, y por eso al nuevo papa le espera una gran carga«, añadió.
Entre los derechos que reclaman los cristianos figura la elaboración de una ley que les permita construir lugares de culto con la misma facilidad que sus compatriotas musulmanes y sin procesos complicados como sucede ahora.
Otro asunto que tendrá que resolver Teodoro II es la reforma interna de la Iglesia para permitir a más fieles elegir al próximo papa y a los cristianos seglares colaborar en la administración de su institución.
También le espera imponer regulaciones claras para el divorcio y el segundo matrimonio entre los coptos, que hasta ahora están dirigidos por la «sharía» (ley islámica).
Teodoro, que es el papa copto número 118, tendrá que afrontar además su comparación con su antecesor Shenuda III, un hombre de gran carisma y símbolo político para su comunidad.
«Teodoro está dispuesto a dialogar con los jóvenes, y aúna en su persona una buena capacidad de administración y un alto nivel espiritual», afirmó a Efe el activista copto Naguib Guibrail.
Guibrail recordó también la implicación de Teodoro, antiguo farmacéutico, con los problemas de los coptos en el extranjero, tras la expansión liderada por Shenuda III en países como Estados Unidos, Canadá y Australia.
«Su educación le permite dirigir al pueblo copto en estos tiempos, pero siempre con la ayuda del Estado y de los propios cristianos para lograr el bien de todos», señaló Gharbaui. (RD/Agencias)
Mensaje de Benedicto XVI
El Santo Padre ha enviado un mensaje al nuevo patriarca de la Iglesia Ortodoxa Copta, Su Santidad Abna Tawadros, elegido como nuevo Papa de Alejandría y Patriarca de la Sede de San Marcos. Sustituye a Su Santidad Shenouda III, fallecido en marzo.
Benedicto XVI recuerda la alegría que tuvo al conocer la noticia de la elección.
«Estoy seguro -afirma el pontífice- de que, al igual que su famoso predecesor, el Papa Shenouda III, será un padre espiritual genuino para su gente y un colaborador eficaz, con todos sus conciudadanos, de la construcción del nuevo Egipto en paz y armonía, sirviendo al bien común y al bien de todo el Oriente Medio».
«En estos tiempos difíciles – añade Benedicto XVI- es importante que todos los cristianos den testimonio del amor y la comunión que los une, conscientes de la oración ofrecida por Nuestro Señor en la Última Cena: que todos sean uno, para que el mundo crea».