Amigo: "es un canto polifónico a la vida consagrada. Una forma de vivir sin nostalgia del pasado ni miedo del futuro, pues el Dios al que se busca es un Dios del presente"
(Jesús Bastante).- Son veinte mujeres, «enamoradas de Jesús«, según explicó anoche una de ellas, la teresiana Victoria Molins. Que un día decidieron entregar su vida a Dios a través de los demás. Su vida, sus vidas, han sido glosadas en un magnífico libro, «Monjas» (Fragmenta) por Laia de Ahumada, y ayer apadrinadas por el cardenal Amigo en Madrid.
«No soy más que una monja cualquiera enamorada de Jesús«, afirmó Molins durante la presentación. La religiosa, conocida por haber escrito la biografía de Alexia en la que se basó el cineasta Javier Fesser para su polémica «Camino», recordó la razón de su vocación en palabras del Concilio: «Hacer nuestros los gozos y tristezas, las alegrías y esperanzas de los hombres de hoy».
«Yo me enamoré de Jesús y desde ese enamoramiento sale todo», recalcó la religiosa, quien reivindicó su papel en la congregación y en el mundo, trabajando con los más desfavorecidos, viendo en todos ellos el rostro de Jesús, «con el lenguaje de los abrazos, los besos, el cariño y la ternura».
Por su parte, Laia de Ahumada indicó que el libro «no es un ensayo sobre las monjas, sino un espacio para que ellas mismas se expresen en plenitud y libertad». En su opinión, a lo largo de la Historia, las religiosas «han sido veneradas y despreciadas, beatificadas y objeto de mofa». Siempre en un segundo plano, especialmente en la Iglesia, pues «en el seno de las religiones son una minoría silenciosa y silenciada«.
«Las mujeres en la Iglesia siguen siendo personas de segunda categoría. Pese a elo, estas mujeres hablan sin miedo y se expresan con una libertad absoluta», recalcó Ahumada, quien pidió que «sus voces no sean nunca silenciadas».
El cardenal Carlos Amigo, por su lado, destacó que el libro «es un canto polifónico a la vida consagrada. Una forma de vivir sin nostalgia del pasado ni miedo del futuro, pues el Dios al que se busca es un Dios del presente». En opinión del purpurado, las religiosas demuestran «libertad, audacia y valentía», desde «maneras distintas de mirar a Dios. Los ojos son distintos, pero el corazón al que aspiran identificarse es el mismo: Cristo».
«Vemos veinte personas distintas o historias desiguales, pero a Dios en todas ellas«, añadió Amigo, quien agradeció a las protagonistas ser «cristianas consecuentemente fieles con lo que Dios quería y quiere de sus vidas».
Abrió el fuego el dominico José Antonio Solórzano, quien destacó de las mujeres que aparecen en Monjas que «son todas de armas tomar, auténticos terremotos. Un libro equilibrado, sincero, apasionado, con sentido común, donde se ven mujeres que son profundamente contemplativas: de Dios, del Evangelio y de los demás». Finalmente, el editor, Ignasi Moreta, recordó la razón de ser de este volumen: «romper con la imagen estereotipada de las monjas, que no se corresponde con la que conocemos».