Establecer que todos los jóvenes están desilusionados, o que no tienen preparación, o que no tienen horizontes; no hace justicia a todos los jóvenes
(José Manuel Vidal).- Luis Onrrubia es el Provincial de la Inspectoría Centro de los Salesianos. Habla con orgullo del estilo educativo de los salesianos, y afirma que en España hay muchos jóvenes «que no salen en las pantallas de televisión, pero que hacen voluntariado o animan proyectos».
Cuenta que, durante la gira que están realizando las reliquias del fundador de la congregación por España, «muchos obispos han querido recibir a Don Bosco en sus diócesis«; y reclama ayudas para los centros de educación concertada, que también se están viendo afectados por la crisis. «Cuando se habla de recortes en la enseñanza, da la sensación de que sólo hay recortes en la pública«, afirma.
¿Qué significa eso de Provincial? ¿El jefe de los salesianos en España?
Sí, en terminología civil sería el jefe. Provincial es el salesiano al que el rector mayor de toda la congregación le encomienda animar una zona concreta. Los salesianos estamos en 130 países de todo el mundo, y tenemos 90 inspectorías o demarcaciones en las que estamos organizados. En nuestro caso, tenemos 22 comunidades u obras salesianas en las que se desarrolla la actividad educativo-pastoral.
¿La Inspectoría Norte se corresponde con el norte de España?
Actualmente en España somos 6 demarcaciones. En el 2014 seremos dos, estamos en proceso de integración. Actualmente yo tengo bajo mi responsabilidad la Comunidad Autónoma de Madrid, la de Castilla La Macha, y una parte de Castilla León. La zona de Galicia, Asturias, etc., corresponde a otra inspectoría, que en el 2014 formará parte de la nuestra también; y la zona del País Vasco, La Rioja, Navarra, etc., se integrarán también en esa nueva inspectoría.
¿Cuántos salesianos hay en el mundo?
En torno a los 15.000, distribuidos en países de todos los continentes, en culturas muy diversas: Corea, Japón, India, Vietnam, Pakistán… en el mundo musulmán estamos presentes, trabajando como podemos; en África estamos en casi todos los países…
¿Sois la segunda congregación religiosa en cuanto a número?
No lo sé exactamente, pero más o menos debe ser así.
¿Trabajáis en todos los ambientes, desde la selva a los colegios de las grandes ciudades…?
Sí. En los colegios tenemos una plataforma importante de evangelización y de educación. También estamos en centros juveniles, parroquias, plataformas de atención social a familias en riesgo… Y eso sólo aquí. Cuando uno va a tierras de misión, se da cuenta de que trabajan todos los terrenos, siempre con el estilo salesiano. En cada sitio hay que hacer proyectos que atiendan la situación concreta, la circunstancia. Pero siempre con el espíritu de fondo de Don Bosco, preguntándonos qué haría Don Bosco aquí en esta circunstancia.
¿En qué consiste el «estilo salesiano»?
Es el estilo que tenía Don Bosco: educar y evangelizar conjuntamente, haciéndose cercano a las personas, acompañando a los jóvenes, animando desde dentro, estando presente. Eso las personas lo necesitan y lo agradecen, y por eso engancha. Y más cuando se tiene un trato cercano y personal porque se les considera importantes.
¿La pastoral del patio?
Claro. Estar en el patio compartiendo la vida en un ambiente espontáneo y natural, en familia. Desde ahí se puede enganchar a los jóvenes a la experiencia de fe, de solidaridad, al compromiso, a la catequesis… En la escuela es el patio, pero ahora puede ser también un patio digital desde el que comunicarse. El patio virtual de las redes sociales.
¿Estar tan en contacto con la gente joven os mantiene jóvenes, al día?
Sí, porque escuchas sus mensajes, sus necesidades, su lenguaje, y tratas de acomodarte a ello para sintonizar con sus inquietudes, con sus problemas, con sus sueños. Los jóvenes y los seglares que están en las obras salesianas, de hecho agradecen mucho la presencia de salesianos mayores que no tienen cargos de responsabilidad, que no están gestionando, sino que están con ellos, les acompañan, se interesan por su vida.
¿Cómo ves a la juventud española de estos momentos?
Dar una imagen de todos los jóvenes en general creo que es injusto, que no responde a la realidad. Uno puede expresar la situación de ambientes, de contextos, en los que hay jóvenes destruidos psicológicamente, sin ilusiones, sin esperanzas, sin horizonte de trabajo, con familias destruidas… A esos jóvenes hay que atenderles con respuestas adecuadas a su situación, en ambientes ya estructurados, o en otros que habrá que ir creando. Pero establecer que todos los jóvenes están desilusionados, o que no tienen preparación, o que no tienen horizontes; no hace justicia a todos los jóvenes. Uno también puede encontrarse con jóvenes ordinarios que tienen su currículum, que están integrados en su familia, que van adelante normalmente. También hay otros con preparación muy buena, que te encuentras animando proyectos de solidaridad con voluntariados, o comprometidos los fines de semana como animadores en centros juveniles, viviendo experiencias de fe en encuentros de formación…Esos jóvenes no son los que aparecen de modo inmediato en las pantallas de televisión o en los medios, pero están trabajando día a día con valores nobles y con un compromiso extraordinario. Y así van sacando adelante cantidad de proyectos que están influyendo en la vida de otros jóvenes como ellos.
¿Los oratorios siguen funcionando?
Ahora hemos cambiado el nombre, y oficialmente se llaman Oratorio-Centro Juvenil (y se tiende a llamar simplemente Centro Juvenil).
¿Hay un centro juvenil en cada obra salesiana?
Sí. Es una oferta abierta a todos los jóvenes que quieran integrarse. Es una propuesta educativa y pastoral, donde algunos pueden formar sus grupos de fe. En mis inspectoría, por ejemplo, hay 4 mil jóvenes implicados en los centros juveniles. Son jóvenes que van madurando como personas y como cristianos, y que luego se convierten en educadores que alientan actividades de tiempo libre todos los fines de semana, actividades de solidaridad, campamentos de verano… Es un trabajo constante de muchos años.
Siempre habéis hecho mucho hincapié en vuestros colegios en el teatro y en la música. ¿Consideráis que son caminos privilegiados para formar a la juventud?
Lo hemos integrado porque lo hemos recibido de Don Bosco. Él acogía a sus muchachos en el oratorio, y el teatro y la música eran cauces de educación. Los chavales se implicaban en estas iniciativas, se sentían protagonistas, y a través de ello se educaban en valores.
¿Sigue siendo Don Bosco un icono atractivo para los jóvenes de hoy?
Don Bosco es un don de Dios para la Iglesia, no es un regalo que nos ha hecho a los salesianos únicamente. Su estilo educativo no pierde actualidad, gracias a Dios; y los jóvenes se encariñan con él y hacen resonar en su corazón su cercanía y su forma de escucharles.
¿Es un estilo que la Iglesia, ahora que está perdiendo poder de captación con las capas juveniles, necesita más que nunca?
Bueno, en Europa sí. En América Latina hay abundantes jóvenes con deseos de integrarse en obras salesianas. También en la India, Filipinas… En nuestra cultura los jóvenes tienen que tomar una postura muy fuerte para dedicarse, por ejemplo, a un centro juvenil salesiano. En otros contextos sociales es espontáneo. La sociedad lo promueve, lo quiere, lo mima.
¿La fe de los chavales de vuestros colegios viene de familia? ¿O eso también se está perdiendo?
La experiencia de los últimos años en España es que la mayoría de los chavales vienen de familias que están un poco desmarcadas de la experiencia religiosa. Otros, en cambio, están muy centrados en la vivencia de Iglesia. Nos llegan a los colegios muchachos de todos los estilos, y tenemos que ofrecerles a todos itinerarios adecuados para su maduración.
El recorrido de las reliquias de Don Bosco por España está saliendo en todos los medios. ¿Contabais con que suscitaría tanta movilización?
Cuando se nos propuso esta iniciativa, que venía de Latinoamérica, nos preguntamos si engancharía en España. Pensábamos que no iba a tener tanta resonancia en la zona norte del país, donde la expresión religiosa es más fría. Pero hemos visto que la presencia de Don Bosco es muy querida, y antes de que llegaran las reliquias se prepararon iniciativas pastorales en todos los centros recordando la figura de Don Bosco, repasando su historia, agradeciendo su entrega… Se ha movido mucho antes de la llegada. El objetivo de esta visita de Don Bosco no es pasear reliquias, sino suscitar en el corazón de todos (salesianos, jóvenes, seglares, familias…) la adhesión a la obra de Don Bosco, que sabemos que merece la pena, y que queremos continuar.
¿En Francia también habrá recorrido?
Sí. En cada zona hemos organizado las cosas de un modo distinto, pero es una iniciativa del rector mayor para todo el mundo. En el 2015 celebraremos el II Centenario del nacimiento de Don Bosco, para el que profundizaremos en el conocimiento de la historia de Don Bosco y, en particular, este año vamos a profundizar en el sistema preventivo de educación, y el próximo en la espiritualidad de Don Bosco. En total, es un proyecto más amplio. Las reliquias este verano estuvieron en el cono sur. En cada lugar hay propuestas muy variadas. La creatividad es abundante. Se han elaborado muchos materiales: la página web que contienen todas las celebraciones y encuentros, la película de Don Bosco, una radio-novela de hace muchos años, vídeos que se van colgando… Se están haciendo muchas vigilias de oración en torno a Don Bosco, que no salen en los medios de comunicación social, pero que calan muy dentro de las personas que han participado. Además, todos los obispos de las diócesis por las que ha pasado han acogido a Don Bosco, algunos han pedido que fuera a la catedral, otros han pedido que un encuentro de Pastoral Juvenil se realice el día que Don Bosco está en la diócesis, ha habido cartas pastorales diciendo que Don Bosco es un don de Dios para la Iglesia y para los jóvenes.
¿Cuántos colegios hay en tus inspectoría?
16. En España tendremos unos 120 en total. En conjunto serán unos 90 mil alumnos, lo que quiere decir que llegamos a muchas familias, que atendemos a muchos jóvenes de modo diverso. Hay una parte importante de alumnos de formación profesional .
Fuisteis de los primeros que empezasteis con las FP.
Bueno, es que Don Bosco empezó en su mismo oratorio, donde enseñaba a los muchachos los inicios de un oficio, porque veía que en la calle les explotaban. Comenzó muy elementalmente, y ahora nosotros proporcionamos una formación técnica y profesional, con materiales y medios extraordinarios. Tratamos de dar calidad a la FP porque muchos jóvenes se integran en el proceso educativo y en la sociedad gracias a ella.
Vuestros colegios, y los colegios de la Iglesia en general están muy bien valorados a nivel social. ¿Está igualmente apoyada por los poderes públicos, o se sigue viendo la educación concertada como la privada?
Bueno, es una cuestión de políticos. Mi valoración personal es que estamos en una situación que no tienen otros países, y es cierto que el artículo de la Constitución lo deja un poco a merced de quien domine la política. Eso nos tiene bastante desestabilizados, porque dependiendo de quien esté en el gobierno, se facilita una cosa u otra. La mentalidad de la gente en general es que la educación concertada resta medios y dinero a la pública, y eso es falso. Un puesto escolar en un colegio concertado le cuesta mucho menos al Estado que en un colegio público. Es decir, que la concertada ahorra dinero a la pública.
Yo me encuentro a veces con los muchachos, no solamente con las instituciones y los equipos directivos. Hace pocos días hablaba con los alumnos de PCPI, y les hablaba justamente de que en los centros concertados tenemos menores medios, nuestros profesores están también en otras condiciones, y ciertamente el costo es menor en la concertada que en la pública. Cuando se habla de recortes en la enseñanza, da la sensación de que sólo hay recortes en la pública, y para los profesores de la pública. Basta ver las nóminas de los educadores de la concertada. Eso no se publica.
Un chaval me preguntaba que, si esa era la situación, por qué no hacíamos huelga también nosotros. Yo le dije que no estábamos tratando de hacer negocio con la escuela, sino tratando de sostener una estructura educativa para que los jóvenes tuvieran otro cauce donde poder formarse. La libertad de enseñanza implica posibilidad de elegir un centro u otro.
Si tanto han bajado las subvenciones, ¿cómo hacéis para subsistir en este momento de crisis?
No sólo los colegios, toda nuestra acción social nota que las subvenciones están bajando. Tratamos de pedir ayuda a unos y a otros, como hacía Don Bosco. A Don Bosco no le importaba pedir limosna a las instituciones, y en la situación en la que estamos tenemos problemas para sostener algunos centros. Lo que la Administración se ha comprometido a pagar llega con meses de retraso, y por eso hay que estar buscando en un sitio y en otro. Antes los religiosos éramos más, y tratábamos de cubrir el déficit con el trabajo de salesianos. Ahora se hace más difícil, porque el trabajo ya no revierte directamente en el fondo de los salesianos. Por eso los padres tienen que comprender que ellos también tienen que apoyar económicamente al centro.
¿La calidad está bajando?
Tratamos de que no, conforme a la propuesta educativo-pastoral de los centros salesianos. Tratamos de formar también a los educadores, para que asimilen el estilo educativo, lo promuevan y sostengan el centro.
¿Veis salida a la crisis a corto plazo?
No soy experto en economía, pero yo trabajo con esperanza. Si nos desanimamos y perdemos la ilusión, contagiaremos desencanto. El futuro arreglo de esta situación depende más bien de instancias políticas, europeas, de intereses de multinacionales… Nosotros tratamos de dar ánimos a los equipos educativos de las diferentes plataformas, y también a las familias que se encuentran en la pobreza, que están el paro, etc.
¿A esas familias las aceptáis con becas en vuestros colegios?
Eso pretendemos hacer, en la medida en que podamos. Tenemos que buscar bienhechores para los más débiles.
¿Ayudan los jóvenes a la esperanza?
Sí, pero a veces se hace difícil. Hay que echar mano de la fe, de la experiencia religiosa y del estímulo que nos da Don Bosco, que pasó también por situaciones como ésta. Cada tiempo tiene sus dificultades. Son retos que tenemos delante, y tenemos que organizarnos para darles respuesta. Otros salesianos, en otros sitios, quizá no encuentran dificultad al proponer la fe o itinerarios de catequesis. Nosotros tenemos que afrontarlo y dar lo mejor de nosotros, para salir adelante con la propuesta salesiana.
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