Mostrar la importancia del Derecho Canónico en la vida de la Iglesia y la ingente labor de servicio a la comunidad eclesial que en él se desarrolla
(JL Sánchez-Girón).- El cardenal F. Coccopalmerio, Presidente del Pontificio Consejo para los textos Legislativos (PCTL), cerraba con estas palabras el Congreso Internacional El Código de 1983: balance y perspectivas a los 30 años de su promulgación, convocado por la facultad de Derecho Canónico de la Universidad Pontificia Comillas de Madrid y celebrado en su sede de la c/ Alberto Aguilera.
En un clima sobrio y de intenso trabajo, el Congreso ha dado pie a que los ponentes hayan valorado distintos aspectos positivos que ha tenido el Código (CIC) en sus años de vigencia; entre otros muchos, el haber acogido la eclesiología del Concilio y haber integrado el enfoque personalista del mismo en ámbitos como el derecho procesal y el penal.
En otros aspectos se ha planteado que la legislación codicial también es acertada, y que algunos problemas han venido más bien por su desconocimiento o defectuosa aplicación.
En las ponencias, y en las intervenciones de los asistentes en los coloquios que seguían a cada una, se han apuntado también aspectos del CIC que podrían revisarse para tener una legislación canónica que sirva mejor a la Iglesia.
Entre otros, se apuntó a mejorar los sistemas de promulgación de las normas (incluso a través de internet), a seguir profundizando en el personalismo del Concilio y a potenciar la participación del laicado en las labores y oficios eclesiales.
Hubo otros asuntos, tanto generales como más concretos y técnicos que se señalaron en este sentido, en ámbitos como la vida consagrada, los bienes materiales de la Iglesia, el matrimonio y la enseñanza.
En su intervención de clausura, Monseñor Francesco Coccopalmerio agradeció vivamente la convocatoria de este Congreso y apreció sinceramente la gran cantidad de valoraciones y propuestas que en él se han aportado. Expresó que son de gran utilidad para las labores que tiene encomendadas el PCTL.
El Congreso ha reunido entre los ponentes a representantes de todas las Facultades de Derecho Canónico de España, a profesores de Facultades extranjeras y de Universidades públicas, a canonistas que trabajan en tribunales y en otros oficios.
Los asistentes han pasado muy holgadamente del centenar de personas, procedentes de distintos puntos del país e incluso del extranjero. La abundancia de laicos, con un elevado número de mujeres entre ellos (también fue significativo su presencia entre los ponentes), ya no es un dato novedoso en el mundo del Derecho Canónico, pues hace tiempo que éste se enriquece con la participación activa de los laicos. En todo caso, el Congreso ha sido una buena ocasión para verificar la solidez de este fenómeno.
También ha permitido mostrar la importancia del Derecho Canónico en la vida de la Iglesia y la ingente labor de servicio a la comunidad eclesial que en él se desarrolla. El Congreso integró unos foros entre canonistas asistentes que trabajaran en el mismo ámbito de la docencia de esta disciplina.
La intención ha sido proporcionar una experiencia de encuentro entre canonistas que desarrollan su actividad en los mismos campos de trabajo o en áreas afines, pensando en un futuro de mayor colaboración entre ellos. El propio PCTL ha potenciado en los últimos años experiencias de este tipo, que han demostrado ser de gran utilidad.