Lauridsen compone una obra extraordinariamente bella, extática y estática que casi nos lleva al paraíso
(José Gallardo).- Cada vez que escucho esta pieza yo también (y espero que tú) proclames un grito de admiración, tanto por la pieza en sí como por su interpretación. Hay piezas que uno se guarda para escucharla en momentos íntimos o en acontecimientos importantes.
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