Williams criticó los excesos de la banca y la guerra de Irak, y mostró su apoyo a la ordenación de mujeres obispas
Rowan Williams concluyó hoy formalmente su mandato como arzobispo de Canterbury tras diez años como líder espiritual de casi 80 millones de anglicanos, en los que ha criticado los excesos de la banca y la guerra de Irak, y ha mostrado su apoyo a la ordenación de mujeres obispas.
Williams, cuya dimisión fue anunciada el pasado marzo, pasará a ocupar el puesto de rector del prestigioso Magdalene College de la Universidad de Cambridge.
A partir de 2013 será sustituido por el obispo Justin Welby, de 56 años, cuyos grandes retos serán abordar el matrimonio homosexual y buscar la manera de superar las divisiones en el seno de la Iglesia sobre la polémica ordenación de obispas.
Rowan Williams es un religioso conocido por su carácter liberal y ha dedicado gran parte de su mandato a evitar la escisión y el éxodo de anglicanos a las filas de la Iglesia Católica.
Williams, de 62 años, fue ordenado como 104º arzobispo de Canterbury en 2002 en una ceremonia en la catedral de San Pablo en Londres, lo que le convirtió en el gobernador de casi 80 millones de anglicanos repartidos por todo el mundo.
Este teólogo, que con solo 36 años llegó a ser el profesor más joven de la Universidad de Oxford, ha publicado libros sobre Dostoyevski, religión y poesía.
En tanto, Welby, sustituto de Williams, será entronizado el próximo marzo en la catedral de Canterbury, de la que también será obispo de esta diócesis del condado de Kent (sureste de Inglaterra).
Welby ha pasado por las mejores instituciones académicas del Reino Unido y su madre, Jane, llegó a ser secretaria privada del primer ministro conservador Winston Churchill.
Aunque ha trabajado como ejecutivo de grandes petroleras, Welby ha sido crítico con los excesos del capitalismo y de las prácticas poco éticas de la banca y la industria en general.
Su llegada a Lambeth Palace, residencia oficial del arzobispo de Canterbury en Londres, se produce en pleno debate sobre la labor espiritual de la iglesia en la crisis económica global. (RD/Agencias)
