El derrumbamiento de este sistema nos está llevando a la deshumanización de la sociedad
(Carlos López, obispo anglicano).- Vivimos en tiempos en los que la relativización de todos los principios morales y éticos que hasta ahora parecían seguros están puestos en discusión, ya sea por una realidad social en la que el consumo y el materialismo han suplantado todo tipo de espiritualidad en la creencia de que son el medio y objetivo de la sociedad en la falsa espectativa de la consecución de la felicidad total y definitiva de la humanidad; o bien por haber sustituido la presencia de Dios en nuestras vidas por la asunción de principios al servicio de la economía, de los mercados, etc… en la falacia de que todo lo que representa la espiritualidad cristiana, sus principios y la Palabra de Dios careciera de todo valor.
Precisamente cuanto más parecía que estábamos acercándonos a ese espejismo, en el que el hombre parecía haber conseguido acariciar la felicidad completa sin atender a ningún principio moral, el derrumbamiento de este sistema nos está llevando a la deshumanización de la sociedad y en la que todos los valores construidos desde los principios emanados de la justicia social basada en la comprensión y puesta en práctica de lo que Dios nos marca con su Palabra se ha puesto en entredicho, como si todo fuera solo producto de un mito.
Jesucristo no es un mito, no es una historia antigua, no es aquello, lejano en nuestra memoria, que nos enseñaron cuando eramos pequeños. Jesucristo, sus enseñanzas, su redención, es el único camino que nos sacará de esta situación.
No hay solución para esta sociedad si no volvemos nuestros rostros hacia el Hijo de Dios y buscamos solución a todos nuestros males generales y personales si no es siguiendo el camino que Él nos marca. La solución que hoy tantos y tantos buscan están en unas palabras simples y de una enorme trascendencia: »AMAOS LOS UNOS A LOS OTROS COMO YO OS HE AMADO».
Celebramos el tiempo de Navidad y la Epifanía, el tiempo de preparar la llegada y de recordar la venida de Jesús a este mundo y eso es motivo de alegría para todos los que nos consideramos cristianos y también es motivo de preparación y reflexión sobre la futura vuelta de nuestro Señor. ¿Estaremos preparados para ese momento?.
Como Iglesia hoy celebramos que seamos propagadores de la Palabra y que ello se esté sustanciando en la creación de nuevas misiones que sirvan para la expansión de la obra evangelizadora que venimos desarrollando desde hace siglos en nuestro país. Hoy es motivo de alegría poder decir que hemos puesto en pie las misiones de Santa Olalla en Toledo; de Elche; de Zaragoza; Pamplona y El Escorial. También se abre un tiempo de reflexión y trabajo que se desarrollan en torno a la puesta en marcha del Plan Diocesano y de la celebración del próximo LII Sínodo de nuestra Iglesia en 2013.
No quiero terminar este mensaje de afecto y aliento a todos vosotros con ocasión de este tiempo de Navidad y Epifanía sin traer a nuestra memoria a quienes durante este año han vuelto a la casa del Padre, especialmente al obispo Rvdmo. Arturo Sánchez; al Rvdo Andrés Puchares, al Rvdo. Valentín Muñoz Maíllo y a la Rvda Susana Woodcock,
Recordemos por tanto que Jesús y que sus enseñanzas son nuestra guía de vida y salvación.
Feliz Navidad y Epifanía a todos.
+Carlos López
Obispo en Madrid